miércoles, 12 de agosto de 2015

¡SOBREVIVIR A LA SOMBRA DE LA CATEDRAL!


La primera impresión del juego que hemos probado hoy es positiva pero siempre con alguna objeción que como es normal, aparece siempre en la primera partida. Además siempre es importante que la persona con la que arriesgas la partida tutorial tenga algo de tragaderas y además debes de llevar el reglamento al dedillo. Todo se ha cumplido a la perfección, reglamento trabajado, partener no muy exigente y partida tutorial ágil y clara.

AQUI STEFAN FELD
Estamos hablando de NOTRE DAMME, un juego de Stefan Feld. Somos cabezas de familias influyentes que vivimos alrededor de la catedral de Notre Damme. Es finales del s. XIV y debemos de labrarnos un reputación y hacer que nuestras familias prosperen. Cada una de nuestras decisiones hará que seamos más influyentes en diversos lugares de Paris y esa influencia nos hará ganar prestigio y dinero. El prestigio nos servirá para ganar la partida y el dinero nos servirá para contratar personas que nos ayudaran a conseguir ese mismo fin.



A nivel visual el tablero es curioso y está dividido hasta en cinco territorios, en función del número de jugadores. Cada parte del tablero de cada jugador representa los diferentes lugares de la ciudad donde poder influir y ganar favores. Desde el banco hasta el hospital cada lugar tiene una capacidad especial que nos ayudará durante las nueve rondas de juego.
Como siempre las mecánicas siguen un orden rotativo, claro y muy sencillo. Al principio del juego preparamos las cartas de persona que podremos contratar. Después escogemos las cartas de acción que jugaremos esa ronda, jugaremos las cartas de acción, contrataremos una persona y finalmente determinaremos el valor de plaga.

EL TABLERO
No explicaré que pasa en cada fase de juego pero me hicieron especial gracia dos aspectos que ahora comentaré. Cuando se preparan las cartas de personaje (3 en cada ronda), en la parte inferior de cada una pueden aparecer ratas dibujadas. En la fase 5 en contador de plaga de cada tablero avanzará tantas posiciones como la suma de ratas que aparecen bajo los personajes activos. Si el valor de plaga llega al nº9 debemos perder puntos de prestigio y un cubo de la zona donde tengamos más cantidad. Para intentar neutralizar el efecto de plaga podremos influir en el hospital o el parque o podemos contratar a algún personaje que nos ayude en ese menester.
El otro aspecto que me parece gracioso es el del carruaje. Cada jugador coloca en el centro de su tablero un carruaje que podrá mover influyendo en la zona de las cocheras. El carruaje se moverá por las calles y recogerá mensajes que le proporcionaran diferentes recompensas. El tema de ir moviendo el carruaje y estar pendiente del contador de plagas hace que el juego sea más dinámico.

¡NÚRIA CON EL MOJITO!
En cuanto a las pegas son de esas de no estar acostumbrado a que un juego te vapulee. Hay fases de juego en las que puedes haberte quedado sin monedas o cubos. Entonces… ¿Cómo contratas a los personajes sin monedas? Pues amiguete no puedes y eso te da una desventaja sobre los demás jugadores. Entonces… ¿Cómo haces acciones en el tablero si no tienes cubos? Pues, no puedes. Si tienes suerte y puedes utilizar a tu confidente lograrás solventar el problema sino, un turno menos.
Cuando esto le pasó a Núria se desató el infierno. Parecía poseída ¡por el espíritu de Chechi! “¡El juego está roto!” gritaba como una posesa. ¿Cómo podía haberse quedado sin cubos? Ella nunca haría una mala gestión de sus recursos. “¡Qué difícil es conseguir cubos!” “¡El juego está roto!”. Y así todo el rato. Hasta que saqué una botellita de agua de Lourdes que me había dado mi madre y después de balbucear palabras desconocidas la rocié de arriba abajo. Entonces vi unos rizos transparentes que salían de su cuerpo, ¡era Chechi! ¡Mil veces maldito! El amigo había intentado joderme el juego a través de Núria. ¡Menudo amigo! ¡Puto loco! Después de este exorcismo casero, pudimos acabar la partida sin problemas.

¡LOS MALDITOS CUBOS!
El juego reclama una gestión finísima, las decisiones no siempre son fáciles y seguramente nunca sean las más acertadas. Esa gestión es el alma del juego, la mecánica es sencillísima y aprender a jugar es un suspiro, pero la gestión…esa es la gracia, la flor de loto. Debes estar preparado/a para sufrir sin monedas o cubos y estar preparado/a para ver como los demás juegan sin que tú puedas hacer nada. Lo que está claro es que después de una partida intentarás por todos los medios gestionar con arte, gestionar de forma finísima para poder sobrevivir ¡a la sombra de la catedral!

A estas alturas ya hemos jugado una segunda partida y la verdad es que supusimos perfectamente que la gestión sería mucho más seria. Ya sabíamos a qué jugábamos y intentamos por todos los medios que los cubos y las monedas no faltaran.

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