Hoy hemos estrenado a lo grande. Hemos jugado a uno de esos de hacer un montón de cosas, con muchos colores, mucha maderita, mogollón de dibujitos con los que familiarizarte y a primera vista con todo desplegado sobre la mesa un caos arcoíris que cuando lo vea Chechi le va a dar un síncope.
Hoy le hemos dado a uno de Feld, uno de esos autores que me llama por sus mecánicas y planteamientos y de los que pienso he de probar aún más juegos. Para recordar algunos que han visto mesa en nuestro grupo podemos hablar de RIALTO o LA ISLA. Juegos sencillos comparados con el que hoy acontece. Sin más dilación vamos a hablar un ratico (como diría Marta) de AQUASPHERE.
¡AQUÍ ESTEFAN FELD, FAMÍLIA DE NANDO! |
Como ya he comentado antes, en la introducción, es un juego visualmente llamativo, con mucho colorido y con una caja ilustrada con un dibujo que hubiéramos utilizado para la portada de una novela de Ciencia ficción de los años setenta. ¡Toda una delicia! A mí me llamó nada más verla.
En el juego somos personajes que investigamos las profundidades del océano. Tenemos un laboratorio personal (ese es nuestro sector) y nos movemos por otros laboratorios o sectores intentando capturar pulpos, aumentar la capacidad de nuestro laboratorio, conseguir cristales, poner en marcha algunos submarinos… La persona que hay en el laboratorio/sector recibe las órdenes desde un tablero que representa el centro de mando y que nos envía los robots necesarios para cumplir esas misiones.
¡ALGO CAÓTICO! |
El juego tiene cuatro turnos, en cada uno de ellos deberemos escoger bien nuestras acciones y al final del mismo se produce una puntuación intermedia. Nos darán puntos por coger pulpos, construir submarinos, coger cristales…Esta puntuación intermedia se repetirá dos veces más y al final del juego se producirá la puntuación final que tiene que ver con la valoración de otros parámetros.
Esto lo explico porque hemos hecho una especie de partida tutorial y hemos pillado cacho en aspectos que aún no dominábamos. Este de la puntuación final es un ejemplo. Hemos jugado durante tres rondas a pillar pulpos o coger cristales y de golpe y porrazo nos damos cuenta que en la puntuación final nos puntúan por las diferentes letras de nuestro laboratorio, por si hemos construido todos los submarinos o por si hemos completado nuestro laboratorio. ¡Hay que jugar pensando en el final de la partida!
¡PARA GUSTOS, COLORES! |
Ahora os hablaré de los putos pulpos. Hemos obviado una norma que decía claramente, cuando se capturan pulpos se puntúan y se devuelven a la reserva de pulpos. Nosotros no los devolvíamos y lo que pasaba era que la capacidad de nuestro laboratorio era limitada. No podíamos capturar más pulpos y la aglomeración de estos en los sectores nos hacían puntuar de forma negativa. Habíamos entrado en un bucle de esos que a Chechi tanto le gustan. ¡Putos pulpos! Como en seguida hemos visto que el juego estaba roto e íbamos a puntuar negativamente el resto de la partida, hemos parado y hemos revisado el reglamento hasta encontrar la frase mágica.
INTENTANDO PENSAR QUÉ HACER |
Estos dos problemas de partida tutorial, nos han servido para poner el juego en marcha. Necesita un par de partidas más para jugarlo con soltura, pero la cosa promete. A Núria le van estos juegos, acciones para arriba y para abajo, estrategia por un tubo, algo de puteo si te lo montas bien y un montón de cositas que tener en cuenta.
A mí me ha gustado mucho, es original en el tema aunque podríamos estar jugando a ser cocineros en un restaurante. El juego lo he preparado yo y me ha costado algo entender algunos aspectos pero una vez sobre la mesa todo estaba mucho más claro. Me hacía mucha ilusión jugar a un euro ya que últimamente nuestras partidas iban por otros lares.
EL TABLERO PERSONAL |
Voy a profetizar que cuando Chechi se enfrente al juego van a haber hostias. Nuestro amigo el daltónico no va a poder soportar la lluvia de colores que le va a caer encima. No solo no se va a curar sino que va a empeorar tanto su estado de daltonismo severo que no va a poder jugar ni a las damas. No compro estos juegos para putearlo pero la verdad es que siempre es una incógnita como va a reaccionar ante semejante desafío. Bueno, me quedo con que reconoce las formas y las diferencia, por eso pienso que aunque no pesque el color de los pulpos, reconocerá esos pequeños tentáculos y podrá decir en algún lance del juego: “¡Putos pulpos!”
¡LOS PUTOS PULPOS! |
Pero no va a pasar ni eso, este es tan obtuso que va a confundir ¡los pulpos con los bots! Pero bueno siempre queda mejor decir “¡Putos pulpos!”.
En otro momento del día pude hacer una partida al KROSMASTER JUNIOR con el enano que se lo pasa teta moviendo figuritas y repartiendo ¡a cascoporro!
¡IBA FLIPADO! |
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