¿Qué juegos podíamos adquirir para jugar con los pequeños y que tuviera ese componente de identidades ocultas? Después de mucho investigar llegamos a una única conclusión: SABOTEUR.
Sí amiguetes, SABOTEUR es el juego de identidades para los más pequeños. Os explico de forma sencilla el argumento. Unos enanos excavadores (mineros), trabajan en la mina con un único fin, encontrar oro. La mayoría de enanos trabajan conjuntamente para conseguirlo, pero hay una pequeña minoría, un grupo de enanos locos, una especie de enanos enajenados por los gases que se respiran en el interior de la montaña, que tienen otro misterioso fin: sabotear el trabajo de los demás para que no consigan el apreciado botín.
EL DE LA DERECHA ¡ESTÁ LOCO! |
En este juego de cartas se reparten las identidades en función del número de jugadores, algunos serán enanos serios y trabajadores, el resto pueden ser malditos saboteadores. Existe una carta de inicio (agujero con escalera) y tres cartas objetivo (dos de ellas contienen piedras y la otra el oro). Se reparten 6 cartas a los jugadores y empezamos a jugar. Cada vez que se juega una carta se debe robar otra.
¿Qué pueden hacer nuestros pequeños jugadores?
Cartas de mina: sirven para poder empezar a cavar. La intención es ir jugando las cartas como un puzle y llegar a los objetivos. La mina va creciendo y los túneles se multiplican.
Cartas para romper la luz, el pico o la carretilla: se juegan delante de otro jugador. Tener uno de estos objetos rotos te incapacita para poder cavar. Solo se pueden tener delante tres cartas y de diferente tipo.
Cartas para arreglar la luz, el pico o la carretilla: se juegan sobre el jugador que elijas y se reparará su objeto, ahora ya podrá cavar.
Carta de mapa: para poder mirar en secreto una de las tres cartas objetivo.
Carta de derrumbe: para poder derrumbar parte de los túneles excavados. Muy útil para el saboteador ya que los enanos no podrán avanzar si no reparan el túnel.
El juego avanza hasta que pasan dos cosas: los enanos descubren el oro o los saboteadores impiden que se encuentre el oro. La partida acaba y se realiza la puntuación. El juego se juaga a tres rondas y por lo tanto el papel de los saboteadores irá cambiando.
UN POSIBLE FINAL DE PARTIDA |
En mi opinión una pequeña joya para jugar con los enanos (me refiero a mis hijos). Te da ese punto de intriga de las identidades y el juego se vuelve trepidante en su parte final, cuando todo el mundo se descubre intentando derrumbar o cambiar la dirección de los túneles. Los enanos están obligados, la mayoría de veces, a colaborar para poder vencer a los saboteadores. Si tienes claro quién es tu amigo, puedes arreglarle objetos para que pueda cavar. La verdad es que lo hemos pasado muy bien con este entretenido juego que por cierto tiene ya más de 10 años. Compré una edición que contenía una expansión, LA VENGANZA DEL ENANO. Aún no he mirado como se juega pero seguro que mola.
A Mar le entusiasmó, ella es un mentirosa profesional, y los enanos (mis hijos de nuevo) le pillaron la mecánica en un plis plas. Las partidas son rápidas y es de esos juegos que como adulto te apetece jugar porque tiene el punto malicioso de ser saboteador. Como he comentado anteriormente, ¡una pequeña joya!
¡QUÉ RAZÓN TIENE! |
PD: Donde dije digo, digo Diego. Los últimos acontecimientos han sido nefastos. Hemos descubierto que Janito no se empanaba con lo de ser saboteador. El tipo machacaba o ayudaba sin ningún tipo de premisa, ¡lo hacía al azar! Lo descubrimos un día que fue saboteador y el tipo paso tan desapercibido que fue el último en poner la pieza de túnel para conseguir el tesoro. No nos cuadraba la jugada y con las identidades descubiertas vimos donde estaba la fisura. Les explicamos que su misión era la de destruir, evitar que los demás llegáramos al tesoro y la de romper las herramientas de los enanos buenos. Con una sonrisa en sus labios empezó a putear a todo bicho viviente pero… ¡era un enano bueno!
El pobre se está liando con el tema de las identidades secretas. Tiene claro lo de los superhéroes pero aún no miente con la profesionalidad necesaria. Aquí las profesionales son Mar y Ona.
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