lunes, 28 de agosto de 2017

¡VIAJE A LAS TINIEBLAS!

Todo empezó con mucha ilusión, sin saber donde nos metíamos realmente. La estética del juego inundó nuestra enfermiza mente y no pudimos hacer otra cosa que hypearnos hasta la saciedad y como no, al final, comprarlo. Abrimos la caja y el cerebro no pudo abarcar todo aquel manual, aquel reglamento con tantas reglas y aspectos a tener en cuenta. Pero todo aquello era lo de menos, no nos importaba o nos importó poco al ver la cantidad ingente de miniaturas que había dentro de la caja. No necesitábamos prescripción médica, no necesitábamos anestesia, no necesitábamos analgésicos, sabíamos de nuestra enfermedad y fuera de toda lógica decidimos tirarnos, sin ningún tipo de cuerda de seguridad, al abismo de Terrinoth y como no, decidimos comenzar nuestro viaje a las tinieblas.


Sí amiguetes, en nuestra vida entró el DESCENT 1ª edición y a partir de ese momento todo cambió. Fue seguramente el primer juego grande de miniaturas y era una maravilla pseudorolera. El poder jugar horas y horas, aventuras sencillas pero immersivas, enfrentarnos a monstruos de todo tipo, conseguir armas, abrir tesoros, jugar juntos, colaborar para intentar acabar con el Señor Supremo. 

¡A PUNTO DE ENTRAR EN LA MAZMORRA!
Escribo estas líneas poco después de haber acabado, al fin, la caja básica. Nueve misiones que se han dilatado en unos cuantos años, años en los que ha sido difícil poder dedicar tiempo a todo el material lúdico que tenemos entre manos. Hemos disfrutado mucho y creo que seguiremos haciéndolo, tenemos las expansiones y solo hay que buscar tiempo para organizar una buena partida. El miedo que da el dedicarle tantas horas puede ser el freno para los héroes que nos han acompañado durante tanto tiempo, pero...qué gustazo, qué sensaciones, el parar para comer o cenar, el recuerdo de las anécdotas, las batallas, las risas, los piques y la satisfacción de jugar para pasar un buen rato. 

LA MESA
Un juego que se puede hacer eterno, pero que nunca se me ha hecho pesado. Un juego con el que poder sentir aquello que el rol te planteaba pero con miniaturas. Un juego donde los buenos momentos siempre han superado a los malos. Es verdad que si vienes a jugar al Descent, debes venir sin ataduras porqué sino vas a sufrir de lo lindo. Nadie te puede asegurar (sí lo hacen en la caja) si el juego va a durar tres o seis horas, ese es un problema que te vas a encontrar durante la aventura.

¿PROBLEMAS?
Nosotros hemos acabado la caja básica con buenas sensaciones y con el regreso de anécdotas que últimamente ya no se sucedían. En esta última partida hemos traído a Nando, los fans del blog no lo han pedido pero hemos pensado que para conmemorar las ya superadas 300 entradas, podría ser un buen invitado estrella y no nos falló.

Nos ayudó a montar la mazmorra y no calló en que el mapa contenía información esencial. Un calvo inocente que no tardó en metamorfosear su agradable persona en la legendaria bestia que realmente es.

¡EL INOCENTE!
El amigo, sediento de sangre plastiquil, no se puso nervioso y se metía en una y otra contienda sin parar. Buscaba bulla, pelea, brega de forma incontrolada y su ira no se pudo apaciguar en ningún momento. Tan ido estaba que en un momento de la partida la cosa fue tal que así. Núria podía moverlo un espacio y acercarlo, como no, a los enemigos. Núria inocentemente lo acercó pero no lo suficiente o no en el lugar donde Nando pudiera desatar toda su furia. Ante el error de colocación de Núria, los ojos inyectados en sangre, de nuestro calvo amigo, se tornaron aún más rojos si cabe y las venas del cuello se le inflaron. El tipo estaba a punto del colapso, no sabía si iba a reventarle el cerebro o si el fallo renal estaba cerca. Ante la mirada atónita de todos los presentes, empezó a balbucear, acabando con un grito seco y enérgico que dirigió a Núria: "¡Coño!". 

- ¿Qué pasa?- comentamos ya acostumbrados a no tener ese nivel de violencia en la mesa.

- ¡Es que ahí no puedo atacar a todos! ¡Es que no lo veis! ¡No os enteráis! ¡Ya que me mueve, que me mueva aquí!- dijo el animal señalando el espacio adecuado.

- ¡No pasa nada! ¡Ya te muevo!- dijo Núria riendo.

¡COÑO!
La situación tuvo su qué. La reacción de Nando fue real y tenía su parte de queja. ¡No le habíamos movido donde quería! Comentar o dialogar en ese momento no estaba activado y su respuesta contundente hizo aflorar de nuevo al Nando de antes, el mito, la leyenda...

Durante la aventura, Jan invadia el espacio del amigo y creo yo, que alguna vez, estuvo a punto de descuartizar al pobre niño. Yo lo miraba atónito y le hacia comentarios jocosos para destensar alguna situación en que el heraldo de Chechi le molestó en alguna que otra tirada. 

¡LA POBRE VÍCTIMA!
Ya sabemos el riesgo que conlleva jugar con Nando, el tipo es así y hay que saber llevarlo y en eso Chechi es un fiera. Cuando la cosa ya estaba al límite, sacó toneladas ingentes de chocolate y todo volvió, de nuevo, a una frágil tranquilidad.

VENCIMOS AL HECHICERO
Otro momento divertido fue el de Chechi dando indicaciones de forma nerviosa a Núria para colocar una de las miniaturas. La imagen fue tremenda, el tipo parecía tener un ataque epiléptico y curvó su espalda cual jorobado para intensificar aún más sus directrices. Cuanto más doblaba el espinazo y agachaba la cabeza, más afinaba las indicaciones. Era un puto mutante que hilaba muy fino, enviaba el mensaje con una precisión quirúrgica. Núria lo miraba como pensando que la cosa no era tan difícil. Si tarda un minuto más hubiera desaparecido ante nuestros ojos, se hubiera ido contorsionando una y otra vez hasta dejar un pequeña masa de carne huérfana.

¡EL CONTORSIONISTA!
No olvidaremos tampoco el gran momento en que Chechi abrió un cofre y una trampa lo convirtió en mono. Al tipo no se le ocurrió otra cosa que poner sobre el tablero el emoticono peluchil de la imagen del mono. Una pequeña anécdota que refleja el ambiente distendido y la actitud con la que se ha de jugar a un juego que se nos fue a las 6 horas.

¡EL MONO!
Una última anécdota que quiero hacer constar es que en la primera parte de la aventura, el Señor Supremo no tuvo nada de suerte con sus tiradas y llegó a acumular hasta 5 pifias en momentos muy importantes. No suele pasar, pero cuando pasa, es ¡en el peor momento! ¡Y siempre hay el héroe graciosillo que encima celebra las cagadas!


¡EL FALLÓN!
Ahora, en el horizonte, se atisban las expansiones. Pueden ser los próximos blancos lúdicos, pero antes debemos darle caña a otro gran juego básico como las Mansiones de la Locura. Es posible ir avanzando en estos juegos eternos pero que te dejan muy pero que muy buen sabor de boca.
¡CAJA BÁSICA ACABADA!

1 comentario:

  1. fue genial, repetiremos seguro...
    algún dia.
    señor supremo es un crack, y los aventureros aunque tengan sus diferencias siempre van a una.
    experiencia siempre positiva.

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