domingo, 13 de marzo de 2016

VAYAN PASANDO ¡PARA MORIR!

Ante una misión como la que teníamos que afrontar solo podíamos hacer una cosa, plantearnos las cosas desde el punto de vista psicológico. Salir vivos de Osgiliath era lo más importante. Cuando las Aurigas comenzaron a perseguirnos y nos disparaban flechas sin parar, yo me giré, miré a mis compañeros y les comenté:

- Todos atravesamos momentos difíciles a lo largo de nuestras vidas. Escapar de las Aurigas parece difícil e imposible. Pero debemos seguir corriendo para superar esta adversidad y seguir avanzando.

- ¿Qué demonios?- comentó Segi- ¡Deja de decir sandeces y corre hacia el río!

Cuando los lobos de Mordor hicieron acto de presencia, pensé que debía animar mis compañeros de armas, estar a su lado.



- Chicos, no tengáis miedo de los lobos. Debéis expresar vuestros sentimientos, si queréis podemos hablarlo. Si ponéis palabras a lo que sentís os será más fácil aceptar las malas noticias.

- ¡Deixa de fer l'animal i calla!- dijo Núria disgustada mientras los lobos la acechaban.

No entendía la actitud de mis compañeros de armas. Para mí era importante poder transmitirles mi apoyo en una situación difícil y complicada. De pronto la vanguardia Uruk atacó de forma despiadada rompiendo nuestra defensa y dando mandobles arriba y abajo. Con sangre en mi frente, sudor en mis labios y ciertas heridas que prefiero no explicar, decidí animar al personal.



- Chicos, esta es una situación difícil, hay veces que nos cuesta aceptar el dolor. Seguro que ese corte en el brazo te duele Chechi y a tí Núria ese corte en la pantorrilla. Fijaos en mí- mientras yo ejercía mi papel de psicólogo e intentaba centrar la atención de mis amigos de armas, los Uruk atacaban con más furia si cabe- esta herida del brazo me duele, lo verbalizo, no pasa nada.  El dolor es necesario porque nos ayuda a elaborar todo lo sucedido desde que salímos del Bosque Negro. 

- ¡Cállate!- gritaron al unísono los dos mientras sus rostros llenos de sangre se volvían toscos y malhumorados.

De golpe y como si se quitaran una gran presión de encima, empezaron a luchar, si cabe, con más ahínco. Las cabezas Uruk rodaron por el suelo, los lobos aullaban de dolor mientras miraban, perplejos, sus extremidades cercenadas y las aurigas chocaban entre ellas al ver como las ruedas de sus carros se rompían bajo las hachas más afiladas.


Mis amigos estaban muy nerviosos así que decidí intervenir por el bien mental del grupo. Aquella rabia desbordada no era normal.

- ¿Chicos? Creo en vosotros, esta no es la primera vez que tenemos un contratiempo. Es evidente que estáis acostumbrados a superar la adversidad, pero esa rabia no es normal.

Los dos se giraron y sobre una montaña de cadáveres me miraron con los ojos inyectados en sangre. Los dos sacaron una daga, se giraron velozmente lanzándolas a la copa de una árbol cercano. Dos exploradores snaga cayeron con el pecho destrozado y con un gemido apagado. El nivel de violencia que había en aquel recodo del camino era terrible. Con las manos llenas de sangre cruzaron el Anduin y tiñeron sus aguas de rojo. Yo les seguía de cerca sin atreverme a decir nada más. Al llegar a la orilla, una figura oscura hizo acto de presencia. El rey brujo apareció y con él la oscuridad. Era tenebroso, poderoso, terrible… Debía intervenir.

ESA ES LA MIRADA

- Creo que podríamos hablar con él, establecer una especie de pacto, ya sabéis, si mediamos un poco puede que superemos esta situación sin más sangre. ¿Qué os parece?

Antes de que me diera cuenta Chechi y Núria ya corrían hacia él. Pobre criatura, no tuvo tiempo de levantar la mirada cuando su cabeza saltó por los aires. Antes de que tocara el suelo, los dos guerreros, con un golpe diestro, cercenaron las piernas de la criatura. El tronco y la cabeza cayeron al mismo tiempo y tocaron el suelo con un golpe sordo. Las piernas quedaron allí, plantadas como un ficus. Mis amigos se pusieron en pie, cogieron una pierna cada uno y las lanzaron ante mí. Yo no daba crédito, cuanto más había intercedido en sus mentes enfermizas, más violentos se habían vuelto. Cruzar el Anduin era nuestro objetivo y al girar la vista a la orilla y ver a todas aquellas criaturas muertas o arrastrándose; al oír aquellos gemidos y quejidos ahogados por el borboteo de la sangre; al volver la mirada y ver la mirada perdida de mis dos amigos, pensé que solo podía decir una cosa:

¡NO SABÍA LO QUE SE LE VENIA ENCIMA!

- ¡Buen trabajo chicos!

Así fue como vencimos, así fue como pusimos fin a una misión más que complicada. Antes de vencer, habíamos pasado por una partida desastrosa en la que nos habían apalizado de verdad. Hemos disfrutado esta misión, la hemos vivido y al final, como siempre, la hemos superado. Tengo unas ganas terribles de seguir con nuestras aventuras, ya llega Khazad-Dum y con ella la oscuridad. Pronto nos volveremos a reunir para hacer temblar bajo nuestras botas los confines más recónditos ¡de la Tierra Media! 

4 comentarios:

  1. mmmm, no sé yo, pero da la impresión de que a parte de hablar no hiciste nada mas!!!!!
    Todo se lo tuvieron que currar los otros dos porque a ti ese día te entró la vena pacífica!
    Que pasa que jugar a juegos de recursos te está ablandando?

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  2. Uno ya no tiene edad y los dos treintañeros dan mucha caña!!!!

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  3. No te quites meritos, que fuiste nuestro tanque. En primera linea, aguantando las envestida de los orcos.
    Mientras yo tiraba flechitas y nuria conjuraba.

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  4. No te quites meritos, que fuiste nuestro tanque. En primera linea, aguantando las envestida de los orcos.
    Mientras yo tiraba flechitas y nuria conjuraba.

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