¡CONCENTRACIÓN EN OSGILIATH!

Osgiliath es una ciudad fortaleza, la antigua capital de Gondor. En su momento de esplendor llegó a alcanzar los veinte mil habitantes. Osgiliath significa en Sindarin "Fortaleza de las estrellas". Se encuentra al este de Minas Tirith, al oeste de Minas Ithil, al sur de la isla fluvial de Cair Andros y al norte de las colinas de Emyn Muil. El río Anduín dividía la fortaleza en dos partes que se unían  por un puente de piedra, cubierto por casas. Por dicho puente pasaba la Calzada de Osgiliath, que comunicaba Minas Tirith con Minas Ithil. Como ciudad fluvial disponía de varios muelles. Cerca de la salida occidental de la ciudad se levanta Rammas Echor, un gran muro que protege los campos de Pelenor de posibles incursiones del cercano Mordor.

OSGILIATH

Salíamos tranquilamente del Bosque Negro en dirección a Khazad-Dum. Estábamos investigando una posible actividad orca cuando una horrible hueste de Mordor nos atacó. Corrimos velozmente entre estocadas, cadáveres, sangre y sudor. Nuestro objetivo era cruzar el Anduin y huir. Pero la ribera se hacía eterna y los monstruos se reproducían como por arte de magia. Las Aurigas y sus jinetes nos acechaban, los lobos de Mordor nos intimidaban con sus colmillos, la vanguardia Uruk atacaba sin piedad y si mirabas a los lados, podías ver entre las rocas de la ribera a los exploradores Snaga. Pero amigos, eso no era lo peor, a lo lejos, una presencia oscura se acercaba. Notábamos el mal a una legua. Una sombra Nazgul oprimía el aire que respirábamos, ¡El rey Brujo venía!

EN PLENA MISIÓN

Toda esta introducción sirve para poder explicar nuestra última partida al SDLA LGC: CONCENTRACIÓN EN OSGILIATH. Empezamos en una situación más que complicada, un montón de seres nos perseguían para, supongo, matarnos. Empezamos con el agua al cuello pero después de unas rondas normalizamos la situación para comprobar que a cada paso que dábamos las cosa iban a peor. Pisar los Campos de Pelennor, las Ruinas de Osgiliath o la Atalaya Capturada no hacía más que empeorar un situación ya de por sí difícil. Nuestro nivel de amenaza crecía de forma constante, pero también creció nuestro poder gracias a alíados que aparecían y nos echaban una mano.  Luchamos contra todo y contra todos y sobrevivimos. El Montaraz de Ithilien nos presto ayuda  y llegamos al final de la misión con todas las de ganar. 

NUESTRO AMIGO EL MONTARAZ DE ITHILIEN

Ya entonces nos habíamos cargado de cartas vinculadas que nos convertían en contrincantes más que preparados. Entonces llego él, El Rey Brujo. 

IMPRESIÓN BAJO DEMANDA

Habíamos cruzado el Anduin y allí nos esperaba, de pie, flotando como una niebla oscura, acechando y preparado para absorber nuestra esencia. En el primer ataque ya vimos que teníamos posibilidades de tumbarlo, de hecho ya habíamos anticipado una estrategia mortal. Y cuando el Rey Brujo doblaba las rodillas para caer bajo los golpes mortales de nuestras armas, pasó lo peor. Una traición entró en juego, y vaya traición. 

EL REY BRUJO

Al ser revelada: Hasta el final de la fase, cada carta revelada por el mazo de Encuentros gana Maldito 1, o bien Maldito 3 si los jugadores han cruzado el Anduin.

DERROTADO

Habíamos llegado con un nivel de amenaza demasiado alto y no pudimos soportar el golpe. La muerte apareció como un impacto súbito y nuestra esencia vital se apagó ante la mirada de aquel maldito Nazgul. Esta vez las fuerzas de Mordor habían vencido.

Personalmente me encantó la misión porque está llena de decisiones difíciles y sacrificios épicos. A demás los tres mazos se complementaron a la perfección, no es porque sea mi grupo de juego pero mi mazo potenciaba el de Sergi que se volvía muy pero que muy peligroso y Núria nos mantenía vivos, curandonos y sumando espíritu a las misiones.

No nos vamos a rendir, así que volveremos a Osgiliath y le daremos una somanta de palos al Rey Brujo y sus amiguetes. Si hay que cruzar el Anduin se cruza y que se prepare todo aquel que se cruce en nuestro camino.