martes, 26 de febrero de 2019

¡BENDITA MADERITA!

Si os gusta la maderita, voy a recomendaros un juego familiar que no infantil. Es un juego para toda la familia, sin toñas, ni empujones, un juego de programación donde la supervivencia estará a la orden del día. El juego es RIVER DRAGON y lo jugamos en su versión XL. 


El juego es pura supervivencia, intentas programar tus acciones de forma ordenada y coherente pero tus adversarios no hacen más que ponerte la zancadilla. Es por eso que debes utilizar mucho más la intuición que la estrategia. Conseguir llegar al otro lado del tablero es una tarea ardua cuando lo demás se empeñan en impedírtelo. Pero siempre nos quedará la suerte, ese aspecto aleatorio que hace lo fácil difícil y lo difícil fácil. El río no es tu enemigo, tampoco las piedras ni los tablones...no amíguete, el verdadero enemigo eres tu mismo y el orden de las acciones, esa programación que has ideado para vencer cual gladiador y que te hunde en la miseria más absoluta porque no has acertado nada de nada. Equivocarte poco te puede salvar y si no te fastidian demasiado, puedes llegar a tocar el cielo!!!

Una propuesta muy sencilla y fácil que genera una tensión desmedida cuando estas a punto de ganar y alguien anula tu acción de movimiento. Una ronda más!!! Noooooo! Lo tenias en tus manos y alguien a retirado un tablón o te has equivocado en el orden de tus acciones, pringado!!! Un juego lleno de diversión y venganza, borbotones ingentes de venganza!!!

¡LA PROGRAMACIÓN PERFECTA!
Una buena propuesta familiar con maderita a la que le sigue una que me ha gustado mucho, JUNK ART.  En este juego se masca la tragedia de forma constante. La tensión está garantizada y las ostias también!!! Como se te ocurra tocar la construcción del vecino y esta se venga abajo ya puedes correr!!! 


Las reglas son sencillas y están supeditadas a las condiciones de las diferentes ciudades donde competiremos para ser el mejor escultor con material reciclado. Cada ciudad cambia las reglas y la condición de victoria. He de reconocer que me lo pasé en grande, me sorprendió lo entretenido que es y además puedes modificar su duración jugando más o menos ciudades. 

¡CUANTA TENSIÓN!
Es inevitable que lo más pequeños trasteen las piezas o le den viajes a la mesa poniendo en jaque toda construcción que aún se mantenga de pie. Con mayores me imagino que puede pasar lo mismo pero encima sin enterarse de las condiciones de victoria y quejándose después como unos posesos!!!


Bueno... ahí está la propuesta de maderita, ¡bendita maderita! Después de tocar tanto plastiquete te das cuenta de lo chulo que es agarrar la madera. ¡Qué tacto! ¡Y no sufres porque se caiga nada al suelo! Madera, madera, madera... qué agradable. ¿De qué sirve un juego sin madera? ¿Como se puede vivir sin tocar meeples de madera? Se me hace un nudo en la garganta sólo de pensarlo. 


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