El castigo historicamente y hasta diría que biográficamente, ha tenido cierta importancia en mi vida. ¿Cuantas veces no me habrá castigado mi madre o los profesores en el colegio? El castigo forma parte de nuestra sociedad y se utiliza de forma constante para recordar al castigado que debe o no debe hacer. Ya de jovencito empecé a leer los cómics del Castigador o ahora más moderno Punisher (¡Si eres culpable, estás muerto!) y por eso el castigo sigue arraigado a mi vida. Lo que no había visto nunca era un juego de mesa donde se te castigara de forma constante y durante toda la partida. ¡Qué sí! No me lo invento, no había visto tantas yoyas desde Rocky IV. ¡En este juego lo raro es que no te castiguen! Estoy hablando de PIXIE QUEEN.
En el reino de las hadas existe una terrible reina a la que le encanta el oro, la plata, la dulce miel, las sabrosas manzanas y el pan recién hecho. La jodida no deja de enviar a las hadas de su reinos a robar todos esos elementos al mundo de los humanos. La aldea de Truro es un lugar tranquilo y apacible donde las hadas deberán conseguir todo lo que puedan. Si la reina no está satisfecha con lo que le ofrecen las hadas, entonces ¡llega el castigo! La reina de las hadas saca el látigo y golpea cruelmente a las hadas y hasta las puede enviar a las minas a recolectar oro o plata. Bueno, como podéis ver el jueguecito es algo violento.
Los jugadores llevaremos un grupo de hadas que empiezan su aventura en la mina. Durante un número indeterminado de turnos haremos acciones de la zona central del tablero que nos permitirán poder conseguir plata, habilidades de un solo uso, transformar plata en oro... Cada una de esas acciones se debe cubrir con dos de los cinco cilindros que representan nuestras acciones. Hay una acción que es muy importante y que tiene que ver con promocionar un hada. El hada sale de la cueva y se coloca en una de las acciones, su objetivo será ir promocionando para llegar al castillo de la reina y ser una de sus preferidas (eso da puntos de victoria que no latigazos). Cuando una hada promocionada ocupa un espacio de acción, sólo necesitaremos un cilindro para hacer esa acción. Por eso es muy importante optimizar los cilindros por eso he comentado el número indeterminado de turnos que varía en función de la colocación de los mismos.
Bueno, vamos haciendo acciones hasta que todo el mundo ha acabado, entonces la reina requiere una ofrenda de un sólo elemento. Por ejemplo pide pan, por lo tanto todos los jugadores deberán entregar pan más la cantidad de oro y plata que quieran. Con el pan cumplen con la ofrenda y la reina no se enfada y con el olor y la plata pueden subir unos pequeños peones en un track para mejorar su nivel para hacer anillos o para cambiar oro por plata. Esta ofrenda es simultánea con el resto de jugadores y se hace a ciegas. Si alguien no ofrece pan pierde todos us recursos y ser castigado.
Durante siete rondas se van repitiendo las acciones y las ofrendas y al final de estas los jugadores van recibiendo latigazos y bajando en un track de puntos negativo. Al comienzo de cada turno los jugadores van cobrando ingredientes en función de las hadas de su color que hay promocionadas. Esas hadas que ocupan el espacio de una acción, también ocupan una casa de la aldea y en esa casa hay dibujados diferentes materiales que son los que se obtienen al principio de cada ronda.
Al final de la partida se suman los puntos de victoria conseguidos por los jugadores y se va subiendo en el track, el jugador que queda más arriba es el ganador. Pero al final la reina de las hadas nos obliga a levantar la pantalla donde escondemos el material y como seamos los que tengamos más de algún ingrediente ¡pillamos! Que tiene más pan, pues tres latigazos y así con todos los ingredientes.
No he explicado todos los entresijos del juego pero si querría comentar un detalle que me gustó mucho. Hay una acción que es la mina, donde coges una bolsa y a ciegas coges tantos cubos como hadas hay en tu mina. Puede coger oro, plata y piedras y estas últimas son las que me parecen un acierto. El oro y la plata molan y ya está, pero las piedras...las piedras las puedes colocar en las minas de las demás hadas, encadenas a las hadas de los contrincantes a las piedras y de esa manera no pueden salir de la cueva a no ser que paguen un pan por cada piedra.
Con este ejemplo de las piedras puedo comentar que lo que me gusta de este juego es el nivel de interacción entre jugadores, aspecto del que a veces adolecen la mayoría de juegos. Además de las piedras, si quieres promocionar y no puedes porqué los espacios de la fila a la que ibas a promocionar estaban llenos, pues nada, pagas una manzana e intercambias posiciones con una hada de esa fila. También puedes bloquear acciones que son aire para tus contrincantes, eso sí, siempre que puedas llevarla a cabo. No vas a bloquear la ofrenda si no puedes llevarla a cabo (no seas cabrón).
Me ha gustado mucho este Pixie Queen, no deja de ser una colocación de trabajadores pero la interacción le da un plus brutal. Aunque el tablero es oscuro y se ve lleno de narices después de una partida todo queda muy pero que muy claro. Le veo cosas diferentes en este euro, al menos la intención de desarrollar algo diferente y sin ser un juegazo me entretiene mucho. Le he dado ya cuatro partidas y sí que intuyo que debo hacer para ganar, ¿pero hacerlo ante la mirada atónita de los demás jugadores? ¡Eso ya es harina de otro costal!
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