sábado, 24 de marzo de 2018

¡VIVAN LAS OFRENDAS!

Hoy quiero hablaros de un juego que me ha gustado mucho y que me ha sorprendido gratamente. Es un juego en que se han utilizado las ofrendas a los dioses griegos para poder hacer una mecánica que funciona como un reloj y la verdad es que lo han hecho muy pero que muy bien. El juego es DEUS y después de dos partidas me tiene encantado. Deus es un juego de construcción de edificios basado en la utilización de cartas.

La mecánica de juego es muy sencilla, una vez hecho el set up, puedes elegir entre dos opciones, construir o hacer una ofrenda a los dioses para que te echen un cable. No voy a explicar la reglas pero sí voy a dar una pincelada de como me lo he pasado y que situaciones lúdicas se han dado en mi grupo de juego. Antes de comenzar a machacar a mis compañeros quiero decir que me encanta la opción de hacer la ofrenda. La idea general es que juegues cartas, pagues monedas o recursos para construir pero si todo eso se vuelve imposible, si las dificultades llegan a tu vida y no sabes qué hacer, haz una ofrenda a los dioses y San se acabó. Las ofrendas desencallan cualquier situación, ningún jugador se queda fuera, todos pueden escoger entre muchas opciones y seguir dando guerra y por eso me he enamorado de ella. Podemos hacer las ofrendas que están dibujadas en un pequeño tablero sobre el que construyes las cartas de edificio y los dioses y sus acciones son las siguientes:

EL TABLERO
Neptuno: es el color azul y se pueden ganar dos monedas por carta descartada. Se obtiene un barco y se rellena la mano hasta tener cinco cartas en mano.



Ceres: es el color verde y se puede obtener un recurso cualquiera (madera/arcilla/piedra/trigo) por carta descartada. Se obtiene un edificio de construcción y se rellena la mano hasta tener cinco cartas en mano.

Minerva: es el color amarillo y se rellena la mano hasta volver a tener cinco cartas. Se obtiene un edificio científico y se roban tantas cartas como cartas descartadas.


Vesta: es el color marrón y se obtiene 1 punto de victoria por una carta y 2 por descartar más de una. Se obtiene un edificio civil y se roban tantas cartas como cartas descartadas.


Marte: es el color rojo y se obtienen tantos edificios como cartas que se hayan descartado excepto los ejércitos y se roban tantas cartas como cartas descartadas.


Júpiter: es el color morado y se aplica el efecto de cualquier dios.


Hemos disfrutado de este magnifico juego de cartas y combos controlados. Comento que están controlados porqué después de construir los cinco edificios de cada color, no puedes combar más en esa columna a menos que lo consigas desde otra columna con el poder de alguna carta.  Puede que no haya demasiada interacción entre jugadores pero la verdad es que la tensión se masca en el ambiente, sobretodo cuando ves que ya quedan pocos templos por construir. No se nos ha ido de tiempo, en poco más de una hora lo hemos resuelto a tres jugadores, no puedo decir como escala a otro número porque solo lo he probado a tres. Reglamento muy sencillo y muchas ganas de volverlo a jugar.

EL TABLERO MODULAR DE REGIONES
Pero bueno, no todo es bueno cuando juegas con Chechi y con Núria. Chechi el amo de la lentitud, se pasa un rato largo pensando qué hacer y después hace una ofrenda con las cartas que no debía y toda la estrategia se le va al garete. El tipo es más lento que una patada bajo el agua. ¡Ojo! ¡Y no le presiones que se pone de culo y tarda el doble! Pero que le vamos a hacer, siempre es peligroso y si se equivoca recupera el tiempo perdido y acelera la partida. También puede ser que haga una interpretación libre del reglamento o que no se haya enterado de forma clara de un regla concreta. Resulta que el tipo podía haber acabado la partida pero no lo hizo porqué pensaba que debía construir otra fila para construir un templo y ya la tenía hecha. 

¡CHECHI CONCENTRADO!
Es verdad que a veces no parece estar demasiado atento a las explicaciones de reglamento, le llamas la atención y te contesta que sí que sigue el rollo. Ahora tengo mis dudas, el tipo no se entera de un torrao y a veces se le escapa alguna fase concreta. ¡Tiene que ponerse las pilas! Pero como se las ponga ¡no gano en mi vida!

¡LA INNOMBRABLE!
Núria juega con una tranquilidad pasmosa, hace su partida sin estridencias, poco a poco. Resuelve los conflictos, pregunta, canjea, coge recursos, obtiene monedas, pilla puntos y acaba ganando ¡de cuatro puntos! Y eso que ha cerrado la partida desesperada porque los templos apretaban. ¡Juega más tranquila que un ojo de vidrio! Pero que le vamos a hacer, así es ella, seguramente la más peligrosa de todas ya que no hay manera de intuir que va a hacer, ni cómo, ni cuando.


Este juego ha encajado perfectamente en nuestro grupo de juego y seguro que vera mesa en más de una ocasión. Muy contento con la experiencia ya que nos hemos divertido y ha habido como siempre pique del sano.

1 comentario:

  1. Pues sí, parece ser un juego que ha gustado ha todo el grupo.
    Tenemos que ver que jugabilidad tiene al darle unas cuantas partidas, pero se dislumbra que puede ser buena por la multitut de posibles combinaciones de las cartas y ofrendas.
    Ganas de darle otro pegue.
    Respecto a mi lentitud. Es lo he hay, forma parte de la diversidad y de la diversión, al menos la mía. 😁😁😁

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