martes, 27 de marzo de 2018

¡PAIS DE CASTILLOS!

Hoy hablaremos de otro juego para los más pequeños, BURGENLAND (país de castillos) de la editorial Ravensburger.  Burgenland es una zona turística real en Austria. Un detalle curioso es que este es un juego de Inka y Markus Brand, los creadores de esa pequeña joya que es LA VILLA. Este es un juego de corte más sencillo, con muy pocas opciones pero con una carrera final para ser el primero en construir todos los edificios. El objetivo del juego es ser el primero en construir todos los edificios de detrás de tu pantalla personal. 


He encontrado muy poca información sobre el juego pero ha sido muy importante leer el blog Descubriendo Otros Juegos, para entender a groso modo el funcionamiento general. Las dudas las he podido solventar con las reglas tradumaquetadas en ingles que hay en la BoardGameGeek. Con todo esto y unos 20 minutos de tiempo puedes aprender a jugar.

PANTALLA PERSONAL 
La historia es muy sencilla, todos tenemos un número de edificios que debemos construir en un tablero repleto de castillos. Cada castillo puede albergar una muralla, una casa, un palacete y un pozo. Cada construcción está ligada a unos condicionantes y si se cumplen puedes repetir un tipo de edificio menos el pozo que funciona de forma diferente. 

TABLERO CON LOS ESCUDOS Y ALGUNOS EDIFICIOS
No voy a explicar como se juega pero sí ha comentar como ha funcionado. Es un juego extremadamente sencillo, yo diría que es muy para jugadores noveles. Podemos decir que es para niños pero creo que habrá enanos que les parecerá bastante plano. Si son niños que no juegan de forma asidua, el juego cumplirá su función de forma sobrada pero seguramente habrá opciones lúdicas mucho mejores.  La edad y la duración están bien ajustadas y plantea una carrera por ser el primero en acabar. El azar está presente ya que las cartas que tengas en mano van a definir tu jugada. Las recompensas que ganas al construir minimizan un poco el efecto azar y hay recompensas realmente interesantes como la que te da un espacio extra, la que por un valor de 10 monedas te permite construir o la que plantea la construcción de casas y palacetes sin restricciones. Si sabes construir sobre las recompensas adecuadas tus posibilidades aumentan.

LOS ESCUDOS
Me parece curiosa la construcción de pozos que dependen de una pieza roja que se va moviendo entre castillos. Una vez construyes el pozo, mueves la pieza roja al castillo indicado y ganas automáticamente una recompensa en cartas y aquí viene uno de los temas curiosos del juego: las recompensas. Las recompensas se cobran en cartas, por lo tanto, si ganas 5 monedas robarás cartas hasta igualar o superar ese valor.

Hay un aspecto que debemos tener en cuenta, si descartamos cartas por valor de 6 monedas, podemos robar un comodín. Igualmente, si descartamos cartas por valor de 12 monedas obtendremos dos comodines y así consecutivamente. Esta es una acción que se suma a la de tu propio turno.

Hay un castillo central donde podemos construir pagando un número determinado de cartas iguales o diferentes. Este es otro recursos cuando la edificación se complica. La única pega es que no se pueden construir pozos.

UN CASTILLO COMPLETO
El juego tiene sus cosas pero la mecánica que acaba imperando es la de ir robando cartas porqué no tienes las cartas necesarias para ejecutar la acción de construcción. Turnos enteros donde todo el mundo decide robar. La interacción entre jugadores es mínima y consiste en avanzarte en algunos espacios de construcción o cambiar escudo con la intención de hacerle una mala jugada al prójimo. Con todo, lo encuentro entretenido con las condiciones expresadas arriba. De hecho yo no jugué, sino que lo expliqué e hice el acompañamiento en modo tutorial. No me apetece jugarlo pero sí explicarlo a los más enanos para que puedan disfrutarlo.

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