domingo, 1 de febrero de 2015

¡EL DIOS MARDUK ME PROTEGE!


Históricamente, el juego de mesa ha sido un bien cultural, fruto de las civilizaciones más florecientes de su tiempo. Existen objetos que aparentan ser juegos y juguetes des de la prehistoria, como los restos de tableros (que se asemejan al juego del Mancala) hallados en la ciudad neolítica de Ain Ghazal y datados hace casi 8.000 años.

Pero el primer juego de mesa del que se tiene constancia con nombre propio es el juego egipcio del Senet, cuyos más antiguos restos se remontan hasta hace 5.500 años, en pinturas murales y en tesoros de tumbas faraónicas. En la tumba de la esposa del faraón Ramses II, se puede encontrar una pintura donde la propia Nefertari juega contra un enemigo invisible (tal vez en competencia con los mismos dioses).

SENET, EL JUEGO DEL ANTIGUO EGIPTO
En Mesopotamia también existen restos arqueológicos de juegos de mesa de hace 5.000 años, como los más antiguos tableros parecidos al actual Backgammon o Tabla.

Este fin de semana hemos estrenado juego, MESOPOTAMIA, lugar dónde empezaron a acunarse los primeros juegos de mesa. Ya sabéis, juego temático que nos va ha dejar, seguro, perlas de sabiduría  que espero podáis aprovechar. El argumento es el siguiente, hace varios miles de años, clanes de pueblos comenzaron a asentarse en Mesopotamia. Los jugadores han de dirigir uno de esos clanes, explorando áreas desconocidas, construyendo chozas para vivir y creando lugares sagrados donde conseguir el valioso y deseado Mana.
PRESENTACIÓN DEL JUEGO

Al mismo tiempo, todos deben trabajar juntos para construir un templo magnífico para su dios Marduk (de él hablaremos más adelante). Cada clan lleva sus ofrendas al imponente templo con la esperanza de recibir la protección de la deidad. Las recompensas más altas recaerán sobre el líder que primero lleve todas las ofrendas de su pueblo al templo. Pero amigos, eso requiere Mana, cabañas, lugares sagrados, esquivar volcanes y carretear un montón de piedras y madera.

Antes de entrar en la mecánica o las sensaciones que nos deparó el juego quiero empezar hablando de Marduk. Imaginaos una historia escrita en tablas cuneiformes (ya sabéis en forma de cuña o clavo) Sumerias. ¡Mesopotamia, la tierra entre los dos Ríos es la cuna de la escritura!

ESCRITURA CUNEIFORME

En esas tablas y escrita con más de 600 símbolos está la historia del Dios marduk. En el mundo no había nada sino un gran mar de aguas caóticas gobernadas por Apsu (agua dulce) y Tiamat (agua salada) este último era una serpiente monstruosa. Marduk fue el dios escogido para matar a Tiamat.
Marduk se armó con un arco y varias flechas, sobre un carro atronador, una red de tormentas, y una daga serrada como un relámpago. Tiamat creaba un monstruo tras otro y Marduk los eliminaba, hasta que un día atrapó a Tiamat con su red. Cargó su arco, apuntó a la garganta y mató a la bestia, después partió su cuerpo en dos. Con una mitad hizo el cielo y con la otra hizo la Tierra y con la sangre amiguetes, hizo fluir los ríos Tigris y Eufrates.

MARDUK VS. TIAMAT

¡Ya tenemos una conexión! El dios Marduk  del juego MESOPOTAMIA fue el creador de los ríos TIGRIS Y EUFRATES, el juego de mesa. ¡Hasta los podríamos jugar seguidos y explicar la leyenda como punto de conexión!
Pero esto no se ha acabado. Marduk creo los campos y los bosques y obligó a los dioses que apoyaban a Tiamat a trabajarlos como castigo. Los dioses se quejaron y Marduk (más listo que el hambre) les ofreció un acuerdo: si lo reconocían como jefe supremo crearía unos seres que harían el trabajo. Marduk creó a los seres humanos para labrar la tierra, crear canales, cuidar a los animales y adorar a los dioses. Los dioses aceptaron.
Desde ese día, el símbolo de Marduk es la daga serrada que sostiene en su correa, su arma de confianza que todavía le ayuda a mantener orden en los cielos.

TABLERO DE JUEGO

¡Toma píldora de sabiduría! Ahora hablemos del juego. El juego es un euro muy sencillo con tres fases de juego muy simples que se aprenden en 10 minutos si alguien te los explica. Leer el reglamento es sencillo aunque te lleve algo más de tiempo. Las tres fases de juego consisten en:

1. Mover: tenemos 5 puntos de movimiento que gastamos con una tribu o con varias. Mientras nos movemos podemos recoger materiales (madera o piedra), robar materiales, construir el templo, explorar terreno... La parte de explorar me mola y os diré porqué. El juego lo ha creado Klaus-Jürgen Wrede, el tipo del Carcassonne.  Pues bien las losetas de MESOPOTAMIA tienen un sistema de encaje que no permite que las losetas ¡se muevan! Bien por Klaus que ha solucionado un problema mítico. ¡Aprended maestrillos del tablero!

2. Escoger acción: podemos construir una cabaña o un lugar sagrado, reproducirnos o coger una carta de ayuda. En las cartas el dios Marduk te ofrece una ayuda importante. Se puede tener cualquier número de cartas y jugarlas en cualquier momento de tu turno.

3. Actualizar el Mana: tenemos una tabla de Mana que crece por diversos factores: construir el templo, tener una tribu en un lugar sagrado propio o dos tribus en el lugar sagrado de otro jugador.

LAS OFRENDAS EN EL TEMPLO

Esas tres fases conforman un juego entretenido y redondo que es bastante simple, tanto en mecánicas como en estrategia. Sabes lo que has de hacer y tienes que optimizar los recursos que tienes para hacerlo lo más rápido posible. Los materiales son de calidad suprema, madera y cartón grueso. Pero amiguetes, las piedras no son cubos de madera grises ¡no! ¡Son piedras de verdad! El juego lleva una bolsita con piedras y una bolsita con maderas.

¡PIEDRAS DE VERDAD!

A este juego ya le he dado dos partidas, una con Mar, que lo pilló en seguida y otro con el grupo habitual de juego (Núria y Chechi). Con Mar fue la puesta a punto, engrasamos el juego y pudimos comprobar como fluía y  avanzaba hasta su desenlace. Con Núria y Chechi la batalla estaba servida. Dos estrategas de calibre uno, contra la experiencia de haber jugado una partida más. La lucha fue encarnizada y se decidió en un último turno donde pude ganar. No voy a decir por méritos propios, tampoco por deméritos. La partida fue más que digna y al final Chechi que no podía ganar porqué no podía entregar su última ofrenda, se quitó de en medio y dejó paso al clan más poderoso. ¡El dios Marduk estaba de mi parte!

¡UNO TENÍA FRÍO, LA OTRA TENÍA PICOR SOBACAL!
Os aconsejo el juego, que sepáis que es para no jugones, que puede ver mesa con facilidad, que no es demasiado largo y te sumerge en una pequeña batalla donde cada acción por sencilla que sea, cuenta. ¡No apto para sesudos!

4 comentarios:

  1. No me digas que ganaste???, no me lo acabo de creer dos juegos ganados seguidos?
    La verdad que entre marduk, y el juego de los castillos en la edad media me dáis mucha envidia por tener un grupo para jugar. Aquí está siendo demasiado complicado el quedar con gente para eso, más por mis horarios que por otra cosa pero bueno, a ver si algún día lo consigo!
    Gracias por las píldoras de sabiduría que te da por entregarnos en estas entradas del blog!

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  3. Saludos:
    He encontrado tu blog de rebote mientras buscaba información sobre la antigua Mesopotamia. Una de mis pasiones es la mitología, y otra, los juegos de mesa, así que... ¡tu entrada ha sido todo un hallazgo!
    No sabía la existencia de este juego, pero sí la del Dios Marduk y sus historias. Por ello, y si no tienes inconveniente, me gustaría ampliar tus perlas de sabiduría y corregir un pequeño dato que aportas.
    La historia de Marduk y Tiamat es esencialmente correcta. Algunos asiriologos como Zecharia Sitchin afirman que Tiamat era un planeta que iba a chocar contra la Tierra y que Marduk lo evitó, pero si se quiere reflejar de modo alegórico, la historia es en esencia la que tradujo Sitchin. No obstante, no fue Marduk el dios comisionado para crear a los seres humanos, sino su padre Enki. En castellano existen los trabajos de Lara Peinado, otro gran asiriologo, en los que se menciona una y otra vez a Enki como creador de la humanidad.
    Aparte de ello, Marduk fue el Rey de la primera Babilonia, a cuyo trono renunció para casarse con la bella Sarpanit. Toda una historia de amor, ¿no?
    Simplemente quería ampliar la info que ofreces. Y como no, también agradecerte tu entrada. Buscaré el juego de Mesopotamia, que tiene pinta de ser muy divertido.
    Un abrazo! :)

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  4. Encantado de que que aportes y corrijas lo que creas conveniente. Gracias por pasarte y compartir tus perlas de sabiduría.

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