lunes, 5 de enero de 2015

EL OCTAVO PASAJERO

Lo que pasó el otro día tiene que ver con algo extraño y a la vez entrañable. Los amigos de toda la vida no solemos vernos demasiado, quedamos dos o tres veces al año y en días señalados. El otro día rompimos esa maldita regla y conseguimos que alguien nos visitara y compartiera con nosotros una noche lúdica. Ultimamente nos estamos especializando en invitados sorpresa y ya son unos cuantos los que se han apuntado a jugar. Vamos a recontar un momento: Núria, Chechi, Nando, Ángel, Bernat, Ramón y Vatore. Si no me he descontado y sin contarme a mi mismo son siete. Por eso me enorgullezco de poder llamar a este querido personaje ¡ El octavo pasajero!


Sí amiguetes, en 1979, Ridley Scott nos hizo conocer uno de los seres cinematográficos más espeluznantes que pueden encontrarse en el espacio exterior. En esta obra maestra, en este cuento gótico con tiznes de Lovecraft (un clásico en nuestro blog), un ser de otro planeta entra en contacto con seres humanos y a partir de ese momento ya nada será igual. 

Ahí está el paralelismo, nuestra guarida lúdica es el NOSTROMO y ese ser venido de no sé que planeta, se acerca a disfrutar de una noche diferente. El planeta en cuestión es Sant Vicenç de Montalt y nuestro Alien no es otro que... ¡Xavi Hernández! El paralelismo no es para comparar sino para presentar. Todo el mundo sabe que en un enfrentamiento Hernández vs. Alien, el Alien tiene las de perder. ¿Cómo iba a soportar el pobre Alien una conversación/discusión con Xavi donde le explicara las ventajas y desventajas de alimentarse de carne humana? 

MIENTRAS CHECHI EXPLICA, ¡XAVI A LO SUYO!
Bueno vamos a la idea, Xavi se presentó en casa dispuesto a jugar. Escoger el juego no me resultó difícil. Había preparado un euro medio bastante fácil de aprender y con varias cosa que hacer. Estrenamos nuestro primer Stefan Feld con LA ISLA. El juego es muy sencillo y se puede jugar con niños a partir de unos 8 años. Que quede claro que no escogí el juego por su sencillez sino para que Xavi pudiera tener un primer contacto positivo con la zona lúdica, el objetivo es que se lo pasara bien haciendo acciones y viendo como evoluciona un juego. El juego tiene poca profundidad pero a 4 gana algo de interacción y es apto para no jugones. El argumento es curioso, en una isla, los jugadores deben capturar cinco tipos de animales ya extinguidos (el dodo, la pica sarda, el sapo plateado...).

¡EL DODO SE COLÓ EN ALICIA!
Los animales están dispersos en un tablero modular y para capturarlos los jugadores deben optimizar cartas y recursos. Es un juego para iniciarse en la planificación y tiene su azar en las cartas que debes escoger con mucho ojo pero que son un lastre cuando no aparecen buenas jugadas. Es verdad que algún jugador puede escaparse en el track por acumulación de cartas que te den puntos de victoria.


A mi es un juego que me gusta porque me permite sacarlo con Mar y ese es uno de mis objetivos prioritarios. Yo me lo pasé bien y Xavi le pilló la mecánica. Fue una partida competida que no se decidió hasta el final. Núria se nos escapó en el track y fue difícil pillarla, Sergi lloró a consecuencia de su ya conocido Daltonismo (la verdad es que los colores de los cubos y los del tablero se parecen como un huevo a una castaña, sobretodo el beige y el gris) y Xavi jugó dignamente. 

Después de nuestro primer Feld nos pasamos a lo seguro. Sergi no quería cometer los mismos fallos que cometemos con Ángel y muy inteligentemente sacó el DOMINION. Suerte tuvimos porque estuvo tentado de colocarle al pobre Xavi un VAGOS COMPARTEN PISO, un juego divertido pero que se ha de sacar en momentos concretos (esa es mi opinión). 

¡ESA ES LA MIRADA DE UN DALTÓNICO!
El DOMINION  funcionó bien. Xavi pilló el tema de los combos y en la segunda partida se enteraba de todo. Escogimos cartas poco agresivas para darle un poco de cancha y que Núria y Chechi no comenzaran ha hacer de las suyas que ya nos conocemos.



Personalmente me encantó ver a Xavi por casa. Lo pasé bien y recordé aquellos días en que nos encerrábamos en casa de Nando y jugábamos a lo que podíamos. Ojalá la experiencia le haya sido grata y se atreva a visitarnos de nuevo. Comentar que el tipo se entera rápido y no es hablar por hablar porque hay cada uno que se lía hasta ¡con las normas de la Oca! Y ya no hablemos de tipejos más complejos que no distinguen la paleta de colores y se pasan la partida quejándose para destripar con una jugada final el track de puntuación. Suerte que no le salió bien, sino a los cinco minutos se hubiera ido al lavabo ¡a celebrar la victoria!


¡Con razón a Chechi le gusta tanto el cubo de Rubik!


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