sábado, 28 de junio de 2014

¡NUNCA HAY ENEMIGO PEQUEÑO!

Cuando a casa llega un juego especial se nota. No voy a dar demasiados rodeos porque es importante no desviar la atención de lo realmente importante: MICE & MYSTICS. Siempre nos preguntábamos qué hubiera pasado si cuando éramos adolescentes hubiéramos tenido un DESCENT, seguramente otro gallo hubiera cantado. De hecho hubiéramos pasado tardes enteras en casa de Nando (por espacio la más indicada), dándole caña al jueguito con sus miniaturas de criaturas y héroes y con esas misiones de mazmorra que nos hubieran tenido hipnotizados durante horas. Eso hubiera repercutido seriamente en nuestro nivel de ligoteo, hubiéramos ligado mucho menos. ¿O no?  Pensándolo fríamente, el DESCENT no hubiera afectado en lo más mínimo nuestra capacidad de establecer relación con el sexo opuesto, en todo caso y de forma hipotética, hubiéramos ligado más si Nando hubiera tenido hermanas en vez de hermanos (pero eso merece, por su complejidad, un entrada entera).


Pero es que ahora podemos ir aún más allá. Podemos subir a la máquina del tiempo y empezar a pensar que si cuando teníamos entre 7 y 10 años, hubiéramos tenido MICE & MYSTICS, nos habríamos encerrado tardes enteras en casa de alguien ( porqué aún no nos conocíamos). Pero no es difícil imaginar a alguien con la caja bajo el brazo, pasando por la plaza del pueblo, atrayendo la atención de más de uno. Eso sí, puedo asegurar que a esa edad nuestra capacidad de ligoteo estaba ya bastante perjudicada.

¡CÓMO POSAN!

Fuera como fuera, no podemos volver atrás, pero sí estoy capacitado para dotar a mis hijos de las herramientas necesarias para que su capacidad de ligoteo no se vea afectada y de paso que puedan pasar tardes emocionantes jugando a ser, en este caso, pequeños roedores dispuestos a luchar por sobrevivir y triunfar. Y de eso va el juego.


El juego es una campaña narrativa de 11 capítulos donde a través de una historia podemos ir completando aventuras. El argumento más o menos es el siguiente, los jugadores asumen el papel de héroes que aún son leales al rey que se ha casado con una bruja, Vanestra. El palacio esta lleno de enemigos y nuestros protagonistas deben huir. Pero los cogen y los encierran en las mazmorras. Pero en el grupo, como no, hay un mago y éste utiliza su magia para transformar a los héroes en ratones.  En la mazmorra encuentra, también, a un ladrón, ¡otro para el equipo! Nuestros amigos intentan huir pero son avistados por guardias que automáticamente se transforman en ratas. El peligro y la aventura están servidos, hay que huir como sea y en esa huida pasará de todo.

EN PLENA CAMPAÑA

Las miniaturas, las losetas, las ilustraciones, el diseño, los componentes, las cartas...¡Aún estoy babeando!
¡IGUAL HAY QUE PINTARLAS!

Lo mejor del juego es que es una propuesta más sencilla de los típicos juegos de rol de mazmorreo pero con ese encanto de cuento que conecta perfectamente que los más pequeños. Acciones claras, ataques sencillos, formas de conseguir armas y otras habilidades, subir de nivel y enemigos, ¡montones de enemigos!, lo hacen potencialmente un producto atractivo con altas dosis de adicción.

¡BRODY ASUSTA CON LA ILUSTRACIÓN!

Con el tamaño de los ratones, los enemigos se multiplican: hay ratas, ratas jefe, cucarachas, cucarachas glotonas, arañas, ciempiés, trampas con queso, cuervos, la señora de la cocina, Brody el gato... Cada vez que exploras una loseta vacía debes utilizar el mazo de encuentros y llenarla con los villanos indicados en función de la página de narración. Y además, si el reloj de peligro se llena de quesos se activa el efecto Horda y debes poner más bichos. ¡Esto de la Horda mola mogollón!

¡ES LA HORA DE LAS TORTAS!




Siempre hay cosas que hacer, buscar, explorar, moverse, atacar, girar losetas que te llevan a otros escenarios, compartir, equipar...y todo eso se hace en colaboración. Todos los héroes van juntos, se ayudan y superan los peligros en equipo.

Algo muy interesante para la edad de los jugadores es que los personajes ¡no mueren! ¡Son capturados! Simplemente pierden las habilidades adquiridas al subir de nivel y sólo mantienen el equipamiento inicial y lo que tengan en la mochila (hasta tres cartas). Después recuperan el turno y ¡a jugar! (básicamente es como si se escaparan).

¡LA FAMILIA VA DE MISIÓN!

No quiero explicar el reglamento pero la verdad es que es un juego adaptable para jugar con niños pero, a la vez, los mayores se lo pasaran pipa. Porqué también apetece un juego de mazmorreo más sencillo y menos denso.

Lo jugamos toda la familia, los más pequeños se cansaron después de una hora. Con Mar la cosa cambió, no sólo había asimilado el reglamento sino que disfrutaba lanzando dados y moviendo miniaturas, por cierto, muy detalladas. La primera misión se alargó un poco, lo normal teniendo en cuenta que siempre se ha de ajustar el reglamento. Yo me lo pienso fundir este verano ya que tengo a todos los jugadores en casa y eso me permitirá organizar timbas furtivas.

Si tenéis ganas de jugar con vuestros hijos/as y no os da miedo jugar durante unas dos horas, éste es vuestro juego; si jugaste a rol y tus hijos/as aún son pequeños/as y quieres introducirlos/as, éste es tu juego; si tienes sobrinos/as inquietos/as y con ganas de ponerse, éste es tu juego; y si eres un puto friky y te mola jugar, las miniaturas, el rol y el mazmorreo, ¡éste es tu juego!

Y recordad amiguetes: ¡NUNCA HAY ENEMIGO PEQUEÑO!



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