domingo, 29 de septiembre de 2013

¡NO ESPERABA TANTO DE TAN POCO!

Escribo esta entrada pensando en que la siguiente será la nª 100, no voy a comentar nada más ya que las ideas empiezan ha hervir en mi cabeza y los recuerdos de estos casi 3 años afloran sin control. Pero todo eso será en la siguiente.
Ahora toca hablar de un estreno. Sí amiguetes un estreno que nos ha dejado un buen sabor de boca. He de decir que no esperaba tanto de tan poco. A continuación una pista sobre el juego.


Lo habéis pillado, tiene que ver con ¡STAR TREK! Éste es el tema principal de la película de 1978. Me gustaría que escucharais también el tema principal de la película de 2009 y que compuso Michael Giacchinno. ¡Os recomiendo poner éste track mientras acabáis de leer la entrada!


Ahora vamos al juego, CATAN: STAR TREK. Compras el juego, lees las instrucciones y te dices a ti mismo, "¡Mierda! ¡Has comprado el mismo juego con figuritas diferentes! !40 euracos a tormar viento!"

La verdad es que el juego tiene la misma mecánica que el original. Las naves estelares son los caminos, los puestos avanzados son los pueblos y las estaciones espaciales son las ciudades. Además el ladrón está representado por un crucero Klingon. Las zonas con materiales son planetas donde podemos obtener Tritanio, Alimentos, Oxígeno, Dilitio y Agua. ¡El mismo puto juego! Pero existe un elemento diferencial, una nueva norma. ¡Pero vaya norma!

 
En el juego aparecen unas nuevas cartas, las cartas de apoyo. Son cartas donde se representan personajes de la serie original. Cada personaje tiene una habilidad especial que se puede usar dos veces (cara A y cara B). Una vez se han utilizado (puedes utilizar sólo la cara A y cambiar) se descarta la carta y se coge un nuevo personaje que esté disponible. Estas cartas te dan posibilidades que el juego original no te brindaba y además puedes basar tu estrategia de juego en su utilización. La verdad es que el rendimiento de algunos es impresionante. Hay habilidades basadas en poder comprar sustituyendo un elemento de pago, defenderte contra el crucero Klingon, robar cartas a tus oponentes... Vamos que le da una rejugabilidad diferente. De entrada pienso que éste puede ver más mesa que el original sólo por la temática.


¿Y el aspecto? El aspecto es espectacular, planetas de colores con un fondo oscuro, materiales extraños con los que comerciar y las naves Enterprise una detrás de otra en el espacio de la Federación. Las estaciones espaciales, el crucero Klingon, los puestos avanzados, todo en conjunto le da una pinta brutal.

Jugamos dos partidas que se nos hicieron cortas, creo que hubiéramos hecho otra seguro. Me llamó la atención la cadencia de los dados, la facilidad con la que sale un 6 o un 9. La verdad es que se dieron al 90% las proporciones de tiradas. Los dados son puro azar pero en Catan pasan a ser una estadística que se cumple sí o sí. 
En la primera partida Sergi nos dio una lección de estrategia y en la segunda Núria nos enseño como aniquilar una flota interestelar ¡sin tener que despeinarse!

¡HIPOTÉTICA PARTIDA CON NANDO EN CARNAVAL!

Históricamente no he sido fan de Star Trek. La verdad es que el formato era un poco cargante para mi gusto. Ya de adulto conocí a Jerry Goldsmith y con él la música de la saga. Me fascinaba el tema principal pero no tuve la oportunidad de ver o seguir la serie. Hace poco en la sexta 3 pude ver las tres primeras películas de la saga y no sólo las vi sino que me hicieron cierta gracia, sobretodo la relación que se establecía entre los personajes. La versión de 2009 me dejó atónito por su factura de entretenimiento brutal y su música me volvió a cautivar. Entiendo que es una versión que se asemeja más a STAR WARS pero que intenta mantener a los personajes clásicos pero modernizados. Nunca he sabido saludar como Spock pero soy fan de The Big Bang Theory y con eso me basta.

Las últimas palabras que debéis escuchar antes de empezar a jugar a STAR TREK CATAN son las siguientes, ¡emocionaros y disfrutad!


¡ES UN KLINGON1

martes, 24 de septiembre de 2013

EL SECRETO DE LA MINA

Esta claro que hemos diseñado una estrategia para demorar al máximo la consecuencias que el juego LAS LEYENDAS DE ANDOR nos brinda cuando estamos inmersos en una de sus misiones. Y es que ayer jugamos la 4ª misión y controlamos el juego impidiendo el avance de los monstruos y haciendo que la alarma no se diera hasta el tercer cuarto.
La cuarta misión consiste en entrar en una mina subterránea (por fin estrenamos el reverso del tablero) para recoger joyas y monedas  por valor de 44 y llevarlas a la entrada. La misión se complicaba con dos cartas, una que daba la alarma en el momento que entráramos en la misma casilla que una criatura y otra que producía unas llamaradas en tres puntos claves de la gruta. Ni que decir que las llamaradas podían tocarte y reducir tus puntos de vida (esta segunda carta la activamos a destiempo por un error, pero como dice Chechi "¡tampoco hay para tanto!"). Todos estos aspectos estaban amenizados con una serie de novedades bastante interesantes, por ejemplo aparecen los derrumbes que te impiden acceder a alguna cámara, aparece también un puente por el que sólo pueden pasar personajes con un nivel de vida igual o superior a el número de un pergamino, aparece un lago subterráneo que activa unas cartas de eventos especiales...
La verdad es que el juego no deja de reinventarse aunque la mecánica siempre sea la misma. jugando la 5ª misión ya hemos puesto en juego a todas las criaturas del juego y ahora sólo falta el dragón. La sexta misión viene en blanco y hay que escribirla, no descarto ponerme pero lo haremos en Navidades. Urge ya que Devir nos ofrezca una expansión con nuevas misiones y no sé si alguna criatura más.
El juego es a partir de 10 años pero mi hija Mar de 8 ha jugado a tres misiones y las ha disfrutado. La ventaja es que es un juego totalmente colaborativo y muchas decisiones son conjuntas, éste hecho facilita que pueda jugar al mismo nivel que nosotros.

Una de las pequeñas trampas que nos ofrecía la misión era una cámara con un troll que custodiaba un tesoro. Íbamos tan sobrados que no fue necesario entrar pero Chechi y yo nos quedamos con las ganas. Aún así la misión fue emocionante y así la relato a continuación.

EL SECRETO DE LA MINA

A los héroes les extrañaba aquel encargo. Defender el castillo, llevar mensajes que pueden salvar un reino, proteger campesinos...todas aquellas misiones les honraban. Pero...¿Entrar en unas minas infestadas de criaturas, poniendo en riesgo sus vidas por un puñado de joyas y monedas de oro? Liphardus tenía la sensación de que alguien quería financiar su propia guerra y que al mismo tiempo quería eliminar el último escollo entre el castillo de Riet y el mal que se avecinaba. Estaba claro que mientras estuvieran en la mina, el castillo estaría desprotegido. 
La lealtad de nuestro grupo de héroes era tal, que las ordenes del Conde Hallgard se cumplirían pero no sin la sospecha de un peligro aún mayor. Por eso plantearon una estrategia diferente, una que les pudiera cubrir las espaldas, un as en la manga.



Una densa niebla se cernía sobre el Bosque Vigilante. Excepto por los crujidos de los pasos de los héroes no se oía ningún otro ruido. Estaban en camino hacia la mina abandonada porque el Conde Hallard, el líder de los enanos escudo, había encomendado a los héroes la tarea de recuperar unas valiosas piedras preciosas.

- Debemos cumplir con la misión y después averiguaremos que está pasando.-sentenció Mairen mientras se dirigía con paso decidido hacía la entrada de la gruta.
- Tienes razón- comenzó Liphardus- pero no estaría de más que uno de nosotros se quedara en la entrada vigilando y cubriendo nuestras espaldas. Después de pensar sobre ello pienso que lo mejor sería que fueras tú, Chada.
- Entiendo tu decisión Liphardus-dijo Chada mientras sujetaba su arco y sacaba una flecha de su carcaj- me encaramaré a un árbol y vigilaré los alrededores. Es importante que la salida esté despejada cuando intentéis salir.
- Chada volveremos con las joyas te lo prometo.-el enano miró a la joven con un gesto dubitativo, no por su inseguridad sinó por dejarla allí sola. Desde el primer momento, el enano no pudo evitar sentirse algo protector con la más joven del grupo. - ¡Te juro por los rizos de mi barba que estaremos aquí antes de que anochezca! 

Chada sonrió un instante y después frunció el ceño, estaba completamente concentrada e iba a cumplir su cometido. El resto de nuestros héroes se dirigieron a la mina y desaparecieron entre las sombras que se cernían sobre la oscura entrada. Desde el primer momento la sensación de peligro hizo acto de presencia. Las galerías de la mina eran angustiosamente estrechas y algunas criaturas merodeaban arriba y abajo mientras los héroes se escondían en la penumbra. Debían moverse con sigilo para infiltrarse entre las criaturas sin correr el riesgo de que estas dieran la voz de alarma. 
Mairen se movía ágilmente con la espalda en la pared de la cueva, buscando la manera de ver sin ser vista. Liphardus movió su cayado ligeramente y empezó a levitar detrás de Mairen. Kram tenía más dificultades para moverse, su armadura y su gran hacha no daban margen a la sutileza que requería aquella misión. Tal vez Chada hubiera sido una aliada más valiosa pero el enano conocía aquella mina que antaño había pertenecido a su pueblo. Kram podía ser lento y torpe pero podía cruzar aquellas galerías con los ojos cerrados, además en un ambiente hostil su fuerza era toda una garantía.



- Chicos-llamó Kram con voz baja. Mairen y Liphardus se dieron la vuelta.-No puedo seguiros pero si puedo ir a mi aire. Si seguís recto llegaréis al otro lado de la mina. Yo cogeré un atajo, un camino menos transitado para llegar sin haceros correr ningún riesgo. 

Con el permiso de sus amigos Kram se alejó por una pequeña gruta y desapareció. Mairen y Liphardus siguieron su camino. Enseguida vislumbraron un  túnel más ancho y por suerte despejado, se movieron con presteza vigilando cada recodo y reaccionando a cada sombra sospechosa. En una de las paredes vieron un brillo inusual en aquella negrura. Se acercaron y vieron una joya incrustada en la roca. Mairen sacó su cuchillo y la arrancó con suavidad, después la colocó en su bolsa. 

De repente un zumbido sordo atravesó la mina y un brillo rojo y mortecino resplandeció en la oscuridad. Después un fuego abrasador llenó las galerías. Mairen se agachó y se cubrió con su capa. Liphardus reaccionó al instante y levantó un escudo protector que cubrió a ambos héroes al completo. La llamarada cesó y al instante nuestros dos amigos comprendieron que aquel no sería un camino de rosas y que debían poner todos sus sentidos al máximo. 


 

En otro lado de la mina Kram avanzaba en silencio. Había conseguido dar con unas cuantas joyas y llevaba la bolsa llena. Estaba a punto de llegar al otro extremo de la cueva, exploraría aquel paraje sombrio y volvería con sus compañeros. De pronto el ruido se intensificó, un grupo de pasos se movían al unísono y a marcha ligera. Kram pudo ver desde su escondite un grupo de gorgs que parecían buscar algo o a alguien. Al otro lado de la gruta escucho el siseante movimiento de una cola que rozaba el suelo en un afán de intimidar a cualquiera que lo escuchara. El skral apareció como salido de la nada, sus movimientos felinos y ágiles le permitan recorrer distancias cortas en milésimas de segundo. Kram no debía mover ni un pelo, básicamente debía dejar de respirar ya que estaba completamente rodeado. Aquella situación no podía empeorar más, ¿o sí?

En el exterior de la mina Chada estaba en la copa de un olmo observando a su alrededor. Hacía rato que había detectado movimiento, sabía que eran gorgs por el ruido de sus pisadas. No dejaban de partir pequeñas ramas y hojas secas y además espantaban a todo bicho viviente. La verdad es que no eran demasiado inteligentes y a Chada le ofrecían, sin visibilidad alguna, un blanco perfecto. Cargó el arco y apuntó en dirección a una zona frondosa donde la verdad no se veía nada más que arbustos y troncos. Tensó la cuerda y con suavidad dejó ir el proyectil que se sumergió en un mar de hojas verdes. Después un sonido sordo y un quejido, a continuación el ruido del peso muerto al caer. Chada sabía que la herida había sido mortal, sus disparos siempre alcanzaban la parte alta del tronco, si acertaba las consecuencias eran devastadoras. Ahora había alertado a los demás, lo sabía porqué ya no se oía nada. Puso su mano en una de las flechas del carcaj, cargó el arco y cerró los ojos. Sus oídos empezaron a filtrar los sonidos. Entonces apareció, era un pequeño crujido pero era más que suficiente.


caminando por el bosque

Mairen y Liphardus avanzaban con precaución. Delante de ellos había la entrada a una pequeña cámara pero estaba cubierta por rocas. Seguramente la fuerte llamarada de antes había provocado aquel derrumbe. El camino estaba bloqueado pero pudieron atisbar el interior y pudieron observar una pequeña armería, con arcos y escudos. 

- Si pudiéramos acceder a esos escudos...-empezó Mairen.
- Esos escudos nos irían muy bien para evitar futuras llamaradas y para defendernos.-acabó Liphardus.

Mairen empezó a mover rocas pero la tarea era evidentemente ardua. Liphardus la apartó con un brazo y se colocó delante de ella. Clavó su cayado en el suelo y susurro un hechizo, cerró los ojos y se concentró. Su semblante cambió completamente, su fuerza se reflejaba en el rostro. Las rocas empezaron a moverse por si solas; las más pequeñas levitaban; las más grandes rodaban a un lado. Quedó al descubierto una roca gigantesca que intentaba moverse pero no acababa de ceder. El sudor apareció en el rostro del mago, sus dientes apretados rechinaban en un último esfuerzo. Mairen vió lo que estaba pasando y resuelta avanzó hasta el cayado y puso sus manos sobre las de Liphardus. Éste abrió un ojo y al ver las intenciones de Mairen sonrió. No era la primera vez que utilizaba la fuerza vital de sus compañeros para dar un pequeño empujón a uno de sus conjuros. La roca empezó a rodar lentamente hasta dejar al descubierto la entrada a aquella armería. Nuestros dos héroes cayeron al suelo exhaustos, ahora tocaba descansar unos minutos y después recobrarían su camino con dos escudos que les serían más que útiles. 

Kram sabía que aquella situación era de por sí bastante mala y que no podía empeorar más, por eso al oír aquel temblor y el sonido de algo grande al moverse empezó a maldecir su suerte. Relatar los insultos y barbaridades que recorrían la mente de Kram nos ocuparía alguna que otra página por eso sólo pondremos un pequeño ejemplo. " ¡Por las barbas de mi abuela y la joroba putrefacta de mi tío Alor! ¡Me maldigo a mi mismo y a mi suerte! ¡Espero que los dioses me acojan en su seno y no me toquen los cascabeles! ¡Hoy seguramente moriré pero me llevaré por delante a toda esta panda de hijos de...!" Las maldiciones cesaron al ver la imponente figura de aquel troll hacer acto de presencia. Sus movimientos eran lentos pero sus fuerza era inmensa. Kram nunca había vencido a un troll él sólo y sabía que necesitaba la ayuda de sus compañeros para superar aquella prueba. Kram pensó que a todo le llamaban aventura, aquella empezó siéndolo pero acabaría en una matanza. Volvío a mirar a aquella banda de monstruos y sonrió. No podía sentir más que lastima por lo que estaba a punto de sucederles. Abrazó su hacha y acercó sus labios a la hoja afilada.



- Tranquila, papa te dará de comer en unos instantes.-Kram beso el hacha y flexionó sus rodillas, aquel sería un episodio digno de escribirse en las crónicas de su pueblo.

Uno de los gorgs pasó a menos de un metro de donde se encontraba el enano. Se movía sin saber que en las sombras le aguardaba la muerte, por eso el grito repentino, el movimiento fugaz y el dolor en su cráneo lo cogió totalmente desprevenido. Cuando el hacha rompió el casco y abrió su cabeza como un melón sólo pudo pensar en la rata que había perseguido durante toda la mañana y que seguramente se comería uno de sus compañeros.
Las demás criaturas dieron la alarma y hubo movimientos en todos los túneles. La marabunta de monstruos empezó a llenar cada recodo de aquella oscura mina. El enano atisbó a ver un puente colgante y corrió hacía él como alma que lleva el diablo. Al cruzarlo se dió cuenta que estaba rodeado y que sus posibilidades eran mínimas. Dos gorgs, un skral y un troll que se acercaba lentamente. Los gorgs iban a besar el suelo, el skral le llevaría un tiempo pero el maldito troll... Kram tenía en mente reventarle el dedo gordo del pie y dejarlo cojo para siempre. ¡Ese sería su legado un troll cojo!

- ¡Acercaos y probad el acero de mi hacha! ¡Os voy a cortar en dos! ¡Venid vástagos infernales!
- ¡Deja de chillar Kram o acabarás atrayendo a todos los trolls de esta maldita mina!- gritó Mairen con la espada desenvainada que oscilaba de un lado a otro.

Uno de los gorgs corrió hacía la guerrera enseñando sus garras y sus mortíferos dientes. De pronto empezó a levitar. La criatura no sabía que estaba pasando y sin previo aviso empezó a chocar contra las paredes de la mina con una fuerza descomunal. Ya sin sentido cayó a los pies de Mairen que giró su muñeca y con las dos manos clavó la espada en la nuca de la criatura.
Detrás de Mairen apareció Liphardus con su cayado en alto, entonces apuntó al segundo gorg. El gorg salió corriendo en dirección contraria y sorprendió al propio enano que no pudo detenerle al pasar por su lado.

La niebla apareció de la nada, densa y espesa se movía sibilante inundando el bosque. Chada sabía que aquella niebla antinatural no traía nada bueno. Empezó a oír pasos en todas direcciones y el aire empezó a silbar en su dirección. La arquera sólo tuvo una décima de segundo para saltar mientras el tronco del árbol dónde se encontraba se llenaba de flechas y lanzas. Ya en el suelo desenvainó su daga y  la coloco en su boca, cogió una flecha y cargó el arco.



La primera sombra venía de cara. Se arrodilló y disparó en sentido ascendente y la sangre fluyó. Por el rabillo del ojo vió una segunda sombra, entonces dejó caer la daga de la boca y la cogió con la mano al mismo tiempo que la orientaba hacía el estómago de la criatura. Sacó la daga llena de sangre y la escondió en su antebrazo doblando la muñeca. Volvió a cargar el arco y empezó a moverse sobre su propio eje, vigilando cualquier movimiento y rezando para que sus amigos salieran con vida de aquella mina mortal. Las acometidas cuerpo a cuerpo se encontraban con una guerrera ágil que no necesitaba golpear con fuerza ya que sólo buscaba cortar tendones y articulaciones. Con cada pausa las flechas silbaban tumbando sombras y reventando ojos. Chada puso su mano en el carcaj, ya no le quedaban flechas.

Mientras, Kram observó al skral. Tenían unos segundos antes que el troll, que ya galopaba torpemente hacía ellos, los alcanzase. Liphardus movió su cayado y lanzó un hechizó al troll que de golpe aminoró la velocidad y comenzó a moverse muy lentamente, como si flotara. El mago les había dado más tiempo. Mairen sacó la espada larga y la corta y embestió con energía sobre el skral que con dificultades iba desviando cada uno de sus mandobles. La criatura reaccionó instintivamente y utilizó su cola para golpear a la guerrera que cayó aturdida al suelo. Kram, que seguía observando a la criatura levantó su hacha y se acercó lentamente preparando su arma. Puso el hacha con la cara plana y lanzó un golpe atronador. El skral paró el golpe pero sólo para ver como el hacha destrozaba sus armas y rompía sus hojas en pedazos. Con la inercia del golpe y con la cintura doblada hacía un lado, Kram sólo tubo que iniciar el movimiento en sentido contrario y se dispuso a dar el golpe de gracia. El skral, desarmado, no hizo otra cosa que cerrar los ojos y encomendarse a sus dioses si es que los tenía.
La alegría duró poco, el brazo del troll golpeó a Liphardus que cayó cerca de Mairen. Los dos alzaron la vista para ver la imponente sombra de aquella espectacular criatura. Kram se movió acercándose a la criatura y con una pequeña finta se colocó a su espalda. La articulación derecha era un buen blanco así que no se lo pensó dos veces y golpeó. El monstruo trastabilló hacía delante y se giro con un grito ahogado. El enano había quedado al descubierto. Mairen saliendo de su aturdimiento recogió sus armas y las clavó en la misma articulación. La criatura chilló sintiendo un dolor indescriptible.
Mairen no podía recuperar sus armas así que Liphardus levantó su cayado y ordenó a las espadas que se movieran pero no para desclavarse sino para acabar de atravesar aquella rodilla maltrecha. Las espadas se abrieron camino destrozando aquella masa musculosa y volvieron volando a las manos de su dueña. El troll cayó de rodillas lanzando golpes arriba y abajo. En uno de esos golpes el enano salió disparado hacía la pared de la cueva. Aturdido intentó levantarse pero volvió a caer con inmediatez. Liphardus utilizando el mismo hechizo arrancó el hacha de las manos de Merk y la lanzó contra la cabeza de la bestia. El hacha se clavó justo en la mitad del cráneo. El troll aulló y empezó a moverse erráticamente mientras perdía pie una y otra vez. 


Mairen aprovecho el momento para encaramarse a sus espaldas y clavar sus hojas en la nuca. La criatura intento levantarse y lo consiguió a medias, respiraba con fuerza y estaba tan alterada que parecía a punto de explotar. Aquel monstruo era tan grande que cualquier movimiento brusco podía acabar con la vida de alguno de nuestros héroes. Fue entonces cuando una sombra redonda saltó sobre la bestia agarrándose con fuerza a la empuñadura del hacha clavada que aún estaba en su cabeza.

- ¡Devuélveme el arma pedazo de carne con músculos!- el enano tiró con fuerza sólo para ver como la masa encefálica de la criatura caía al suelo.

El troll se desmoronó con brusquedad y violencia, su cuerpo inerte se movía espasmodicamente mientras exhalaba su último aliento. Nuestros héroes magullados se miraron y rompieron en una carcajada fruto de una victoria pírrica.

- ¡Cojamos el resto de las joyas y salgamos de aquí!- Liphardus parecía agotado pero sabía que debían salir de la mina cuanto antes ya que no podrían afrontar otro combate como aquel.

Cogieron todas las joyas que vieron y siguiendo a Merk dieron con la entrada de la mina. Cuando salieron enmudecieron. Un campo de cadáveres inundaba el bosque y el hedor a muerte estaba presente en cada palmo de aquel páramo. Empuñaron sus armas y formaron un circulo defensivo apoyando sus espaldas entre si.

- ¿Cómo ha ido vuestra búsqueda? ¡Creo que os habéis perdido toda la diversión!

Chada saltó de la copa de un árbol y cayo frente a sus amigos. Cuando los observó de cerca pudo ver lo maltrechos que estaban y la sensación de fatiga que mostraban sus rostros. Entonces comprendió que ellos también habían podido ejercitar sus habilidades y que los cadáveres debían amontonarse también en la oscuridad de aquella horrible mina.
Merk saltó sobre Chada y la arrancó del suelo mientras reía a carcajada limpia. Los demás empezaron a reír al observar aquella muestra de afecto que podría acabar con el troll más salvaje. El bosque se inundó de aquella camaradería y dicen las leyendas que el sonido de aquellas risas hizo parar al ejercito del príncipe que en esos momentos volvía al castillo de Riet.

"Dedicado a mis amigos los escaladores, al calvo cabrón, al pelanas, a mi mujer y a Chada que tiene el espiritu de mi hija Mar".



domingo, 8 de septiembre de 2013

¡LE SALVAMOS LA VIDA AL CAMPESINO!

Una semana más y Berrán no aparece. ¿Qué hacemos?
1ª Opción: Jugamos algo a 3 jugadores.
2ª Opción: Fichamos a Mar y la liamos.

¡Madre Mia! Se me vinieron a la cabeza varias opciones y una de ellas era recuperar LAS LEYENDAS DE ANDOR. Con Mar habíamos jugado la primera misión y con Sergi y Núria la segunda. Con un poco de ayuda podríamos enfrentarnos a la tercera y seguir las aventuras de esos héroes de leyenda. Mar accedió así que cogimos la Lista de comprobación del juego y empezamos los preparativos...



De éste juego ya había comentado mis sensaciones de las dos primeras misiones pero es necesario explicaros lo que se siente al formar parte de un grupo. Sí amigos el juego implica una colaboración bestial entre los jugadores y para eso de haber cierta camaradería que no puede entenderse sin momentos como el que se describe a continuación y que forma parte de una introducción que el juego no tiene y que he inventado con mis mejores intenciones. Es importante cuando escribimos sobre otras personas que estas se sientan parte de la historia por su manera de ser o porqué se identifican con el personaje que llevan en el juego. Aquí pues mi introducción a la 3ª misión de LAS LEYENDAS DE ANDOR.

LOS DÍAS DE LA RESISTENCIA

Nubes oscuras se deslizaron delante del sol y una tenue luz envolvió al atardecer el castillo de Riet con sombras mortecinas. El príncipe Thorald había descubierto que un mago oscuro llamado Vakur era quien dirigía y hechizaba a las criaturas. A pesar de sus numerosas tareas, los héroes debían mantenerse firmes. En los años siguientes éste periodo recibió el nombre de "Los días de la resistencia".

Liphardus, un mago del Norte, descansaba bajo la sombra de un roble centenario. La luz del crepúsculo empezaba a desaparecer mientras el viento siseaba entre los arbustos. En su mano izquierda una hogaza de pan y en la derecha su cayado, una vara mágica de gran poder. Se puso en pie y se dirigió al camino que serpenteaba hacía el castillo de Riet. Allí le aguardaban sus compañeros de fatigas, hombres y mujeres de gran coraje que ya habían demostrado su valía. 



De pronto escuchó un ruido, levanto la cabeza y cerró los ojos. Intentó concentrarse en el origen de aquel sonido extraño. Liphardus pasaba mucho tiempo en el bosque y había aprendido a diferenciar entre los ruidos naturales de su entorno y lo que podía ser el aviso de algún peligro inmediato  No era la primera vez que le tendían una trampa y parecía que no sería la última. Abrió los ojos y apretó con fuerza su cayado, lo levantó ligeramente y golpeó el suelo susurrando unas palabras desconocidas y ancestrales. Una luz invadió aquel paraje, las sombras se diluyeron y los rincones más oscuros se llenaron de una luz cegadora. Liphardus entrecerró los ojos anticipándose a las consecuencias de aquel hechizo.

Tras un árbol pudo ver un Skral, una criatura monstruosa. Aquel cuerpo musculado era una mezcla de hombre, felino y reptil. Era una criatura creada por la magia negra, cabeza de felino, cola de lagarto y una estructura humana con extremidades. Liphardus no sabía si eran fruto de la transformación de algún pobre desgraciado o eran criaturas  surgidas de la oscuridad.

El Skral desenvainó sus dos mortíferas espadas y se movió como un centella. Liphardus separó sus pies y los plantó con fuerza en el suelo. Puso el cayado frente a él y lo sujeto con las dos manos. La primera estocada no se hizo esperar, el Skral saltó lanzando los dos brazos hacía atrás y descargó un doble ataque dirigido a la cabeza. El ataque fue fulminante y seguramente muy efectivo contra guerreros normales pero Liphardus había invocado un escudo de energía que repelió las dos armas. El Skral cayó hacia atrás girando su cuerpo en el aire y recuperando al instante el equilibrio. Sus pies tocaron el suelo al mismo tiempo que sus músculos se tensaban dispuestos a armar una contra mortal. Empezó a correr hacía el mago con la intención de embestirlo. Volvió a saltar alzando sus dos espadas y haciéndolas bajar horizontalmente. Liphardus alzó su cayado para bloquear el ataque y se concentró en su escudo de energía. En el momento del impacto el Skral desistió y se dejó caer hacía el suelo con un finta que despisto a Liphardus. Ya en el suelo flexionó las rodillas y con un giro de 270º utilizó su cola para impulsarse y saltar por encima de escudo del mago. Al mismo tiempo Liphardus bajaba su escudo para proteger su cuerpo. Los dos movimientos se encontraron pero el mago estaba reaccionando con lentitud y había caído en la trampa de la criatura. Su cráneo se encontraba al descubierto mientras el Skral ejecutaba con toda la fuerza de su cintura un golpe ganador.

En ese mismo instante un flecha corto el viento y se clavó en el hombro del monstruo frenando su estocada mortal. Detrás del mago apareció una joven vestida de verde, con una gruesa capa y un carcaj lleno de proyectiles.

- ¡Chada!- exclamó Liphardus reconociendo a la arquera del Bosque Vigilante.
- ¿Cuantas veces te hemos dicho que no vengas solo al bosque?- comentó la joven.



El Skral aturdido se levantó y con la rabia de un demonio se arrancó la flecha de cuajo y con desesperación dejó atrás al mago y se dirigió hacia la joven arquera. Liphardus preparó al instante un hechizo de ataque pero un mano se posó en su espalda.

- Déjanos a nosotros amigo. -La voz potente pero a la vez calurosa pertenecía a Mairen, una guerrera de la región de Riet. 




El Skral seguía su carrera hacía la joven que no hacía ningún movimiento defensivo, sólo esperaba el ataque de la criatura. Liphardus no sabía que pasaba pero la joven moriría si no hacía algo inmediatamente. El Skral se encontraba a medio metro de la chica y empezó a dar mandobles en todas direcciones. Chada dió un salto acrobático hacía atrás al mismo tiempo que por debajo de ella aparecía una sombra compacta que se estrelló, con fuerza,  contra la bestia. La criatura cayó al suelo sin saber qué había pasado. Levantó la cabeza y vió a un pequeño hombrecillo fornido con una barba poblada y una hacha más grande que su cabeza.

- ¿Has tenido suficiente? No pasa nada, de donde ha salido ese golpe aún hay más. -farfullaba el enano- ¡Tienes hambre! ¡Pues ven a por los postres!




Liphardus reconoció enseguida a Kram el enano de las minas profundadas, un amigo y un poderoso aliado. Ahora sabía con certeza que aquel Skral no saldría con vida de allí. Había vivido muchas aventuras con aquel trió y un Skral no era rival para ellos.

- Bueno,- se atrevió a decir Liphardus- ¿Quién va hacer los honores?

El Skral se levantó jadeando, aquellos enemigos eran formidables y lo superaban en número. Lo mejor era morir en un ataque desesperado y eliminar, al menos, a uno de ellos. Eso haría que el amo estuviera contento. Puso sus ojos en el enano y cerró los puños alrededor de las empuñaduras. Con uno de sus pies lanzó arena al rostro de Kram cegándolo unos segundos después se movió con presteza y buscó la cara descubierta del pequeño guerrero. Entonces sintió un pinchazo en el pecho. Bajó la cara asustado para ver como la punta de una espada surgía de su cuerpo atravesando el plexo solar hasta la superficie. Después cayó al suelo inerte. Detrás de él Mairen sujetaba con fuerza su arma.

- ¡No hay que menospreciar al enemigo!- dijo mirando al enano.
- ¡Lo tenía controlado, no hay para tanto!- comenzó Kram levantándose del suelo y fregándose los ojos con las manos- ¡No os preocupéis tenía al gatito controlado!
- No discutais viejos amigos- Liphardus intentaba calmar los ánimos- y decidme, ¿Qué hacéis aquí? ¿Os hacia en el castillo?

Mairen se acercó al mago y los demás hicieron lo mismo. Parecía algo serio así que el mago se dispuso a escuchar las malas nuevas.

- El castillo de Riet está en peligro, criaturas como la que has visto y otras aún más formidables acechan sus murallas. Parece ser que Varkur el mago oscuro busca conquistar esta región. Debemos detenerlo y proteger a los campesinos que viven en las tierras de Riet.
-¿Proteger a los campesinos?- comentó ironicamente Liphardus- ¡Eso es pan comido!

A continuación levantó su cayado y pronunciando un conjuro transportó a los héroes hasta el castillo donde se prepararían para ¡la guerra! 


Aquí acaba la introducción a nuestra misión que tuvo de todo y donde paso de todo. De entrada cada uno de nosotros teníamos que cumplir una misión individual. Cuando la cumplimos se activó la carta de Magia Negra donde se explicaba que habíamos de hacer para derrotar al maligno Varkur.

Vamos a centrarnos en la misión de Sergi y el azar. Sergi tenía una misión muy clara, llevar un campesino hasta una casilla en las montañas. El juego nos ofrecía dos campesinos así que Sergi cogío uno y se largó hacia su destino para cumplir con lo estipulado. El juego tiene un mecanismo por el que en algún momento van apareciendo monstruos en lugares concretos, los monstruos pueden compartir espacio con los campesinos y con los héroes pero no con los campesinos y los héroes a la vez. Si eso ocurre el campesino muere de inmediato. Como habréis adivinado ya sólo nos quedaba un campesino.
Como Sergi estaba en el otro lado del tablero Mar se lo acercó y lo dejó en una zona cercana al puente. La zona estaba infestada de monstruos pero como no había héroes el peligro de muerte era bajo. Pero se puso en juego la figura del príncipe Thorald y compartió espacio con el campesino en el mismo momento que entraba un monstruo. Resultado: Campesino muerto.
¿Qué significaba aquello? Pues significaba que ya no había más campesinos y por lo tanto que Sergi no podía cumplir su misión y además no podríamos enfrentarnos a Varkur. Resultado: Habíamos fracasado estrepitosamente.
¡Básicamente el azar nos había dado por el cacas!
Solución: Hicimos un pequeño apaño y también la vista gorda. El boca a boca y el masaje cardíaco salvó la vida al campesino y Sergí lo llevo con un estado de salud bastante precario hasta la montaña donde lo abandonó a su suerte. Así pudimos completar la misión y destrozar a Varkur cual nenaza. 

Éste ha sido un finde emocionante, no sólo por la partida que fue brutal sino porqué el domingo hemos ido a escalar a GOLEM un rocódromo en Arenys de Munt. Con las instrucciones de Sergi y la paciencia de Ángel hemos conseguido hacer subir alguna que otra pared. Por cierto ¡Chechi domina un huevo!
Aquí algunas fotos con los enanos, Marta, Núria...

¡Julito en acción!

Chechi. ¡Esto estaba bastante complicado!

Marta y Ona. ¡Vaya pique!

Núria. ¡Tiene tiempo hasta de posar!

Mar. ¡En esa pared había que hacer fuerza!

Jan. ¡Vull baixar!

Angel. ¡El que aguanta la cuerda!



miércoles, 4 de septiembre de 2013

La verdad sobre Marta (Versión exiliado)

Que pasa? que voy tarde? bueno, sólo hace un poco más de un año que se inició el concurso, ya avisé que lo tenía a medias. jeje
Bueno ahí tenéis mi versión, espero que como mínimo no se os haga tedioso


   Desde hace casi un año  (mira que casualidad el tiempo que hace que inicié la historieta) quedábamos cada viernes para jugar a juegos de mesa. Cómo? Que qué frikis? Puede, pero nos lo pasamos genial.
   Siempre quedábamos alrededor de las nueve de la noche, y aunque hay días que el horario no se cumple a rajatabla eso no nos hace cambiar los planes de cena y juegos.
   Como iba diciendo, de vez en cuando se nos unía una pareja a los cuatro más habituales de la noche friky, era una pareja muy agradable, simpática y social (siempre tienen cosas a hacer!) su inclusión no repercutía en nuestra noche, bueno, un poco sí ya que el tipo de juego tenía que ser para un mínimo de seis jugadores, si no fallaba nadie, y eso nos hacía tener que escoger un poco más.
   Todas las noches transcurrían por un ambiente agradable, y divertido, muchas risas y mucho desconectar del trajín de la semana, lo que hacía que fuera el día, al menos por mi parte, más esperado de la semana.
   El organigrama de las noches estaba claro, de nueve a diez, diez y media, cena. Y después juegos hasta acabar (el horario de acabar dependía de los juegos jugados). Noche simple, ideas simples, juegos simples y no tan simples, y compañía de todo menos simple. En definitiva unas noches impagables!
   Que para qué os explico todo esto? Que a vosotros que os importa? Bueno,  puede que no os importe, de momento, pero os garantizo que como mínimo será interesante. Esperad y veréis.
A lo que íbamos, os acordáis de lo que te he comentado antes? Eso que de vez en cuando venía una pareja?Pues ahí está el misterio!
   Resulta que cada vez que venían la jornada transcurría con total normalidad, la cena perfecta, la puesta en escena de los juegos, las conversaciones, las chuches, … todo normal.
   Y entonces donde se encontraba el problema? Pues que siempre, siempre,  a medida que avanzaba el tiempo los ojos de la chica se empezaban a cerrar, sus párpados caían cual piedra de un quinto piso, y pensaréis… Pues estaría cansada y aguantar a la panda frikys no la ayudaba a estar despierta! Ja! El cansancio no es cómo un reloj que siempre da la hora, no podía ser que cada vez alrededor de la medianoche, minuto arriba o abajo se tuvieran que ir porque la “pobre” no podía más, pero si a veces nos explican que han hecho una siesta de la ostia para no dormirse pero ni por esas. Se iban siempre, a veces hasta con prisas, como si a cierta hora ocurriese algo, cómo si les esperase alguien.
   Pues eso, cómo que ya sabíamos lo que iba a ocurrir, el último día “los habituales” nos pusimos de acuerdo, a la que se fueran descubriríamos lo que pasaba. O bien descubríamos algo interesante, o bien perderíamos el tiempo de mala manera, pero que le vamos a hacer por eso somos un “poquitín” frikys.
   Así llegó la noche indicada, y ni cortos ni perezosos una vez transcurrió la noche con total normalidad como siempre a la que se acercaron las doce al reloj el sueño hizo mella en la chica de manera que se tuvieron que marchar. Nosotros, como si no pasase nada, nos despedimos e hicimos ver que íbamos a seguir jugando, cómo hacíamos habitualmente, disimular era importante para evitar modificaciones en el comportamiento de la pareja de vuelta a casa.
     Así pues, decididos a averiguar lo que realmente sucedía cuando nos dejaban los seguimos.
   A la que salieron por la puerta de la casa, uno los controló por la ventana mientras los otros nos preparábamos para coger el coche, esperar a que bajara el que controlaba, recogerlo  y poder seguirlos lo más rápido posible.  Efectivamente lo hicimos como si lo tuviésemos ensayado, salió tan rodado que en el primer semáforo para salir del pueblo ya estábamos detrás suyo, por lo que nos frenamos alejados y dos se escondieron para disimular un poco.
   Empezaba la operación de persecución! Nos moríamos de los nervios, a dónde irían, que harían, irían realmente directos a casa? Y si iban a su casa ya no los podríamos seguir más y se acabaría esa jornada con inicio previsto y final sorpresa?  Pues entonces vaya sorpresa!  Todas las dudas que nos asaltaban se acercaban a su final como tales.
   Nos encontramos detrás de su coche, colocados de tal manera que pareciese que no éramos nosotros. Parecíamos unos embutidos tirados por el suelo del coche, y sacando las cabezas por en medio como el típico hilillo con el que estos se atan con su etiquetilla colgando.
   Los seguimos, durante un rato todo parecía normal, su ruta era la prevista de vuelta a casa, autopista dirección Barcelona. Podéis imaginar el desencuentro en el que nos encontrábamos, y cada vez estábamos menos ilusionados e inquietos y la cosa pintaba demasiado normal, cuando de golpe pasó algo que nos hizo cambiar de golpe todos esos pensamientos.
   Casi llegando a Barcelona de golpe cogieron una salida hacia un pueblo cercano, (nos ilusionamos de golpe), no sabíamos dónde podrían ir, habían quedado con alguien más, y nos habían dejado tirados cual perro abandonado? (Nooooo, eso no podía ser, pero ya nos mosqueábamos y empezamos a renegar y decir unas expresiones no muy agradables, pero hubo alguien que llamó a la calma para que esperásemos a  ver lo que pasaba.)
   Después de coger la salida, entraron en el pueblo, dieron unas vueltas por el mismo, (no entendíamos que hacían). Por la calle no había nadie, era invierno, y aunque fuese relativamente pronto, en invierno la gente se esconde en sus casas mucho antes que en verano.
   Su manera de conducir indicaba que estaban buscando algo o alguien, no conducían lento, y  se movían por sus callejuelas cómo si conocieran muy, muy bien el pueblo. En uno de los giros nos dimos cuenta que los habíamos, perdido. (Cómo?, no puede ser. Pero si estaban ahí mismo!). Nos quedamos estupefactos, y aunque la callejuela en la que estábamos tenía varias salidas,  no vimos movimiento en ninguna, así que nos entró un bajón. El desánimo nos invadió. Ahora que sabíamos que pasaba algo raro, su desvío, su control por esas calles… Podías ser que nos hubiesen descubierto? Y si era así que iban a pensar? Después de un rato parados sin saber que hacer exactamente y divagando sobre diferentes opciones y imaginaciones varias decidimos que quizás lo mejor sería salir del pueblo y volver para casa. En todos estos pueblos de la costa hay varias salidas hacia la carretera principal, y fuimos a coger una calle con semáforo para incorporarnos de vuelta. Nos paramos en el semáforo cuando uno del coche se percató de algo.
   - No es ese su coche?
   -Sí sí! Da la vuelta y aparca!
   Así, haciendo alguna que otra infracción vial aparcamos a unos 30 o 40 metros. Estábamos sorprendidos, y tampoco sabíamos que hacer, los esperábamos y cuando volvieran al coche les pegábamos la bronca? Íbamos a dar una vuelta? Al menos saldríamos del coche y nos moveríamos, teníamos los huesos tiesos.
Salimos del coche y justo cuando nos íbamos para la zona centro, que quedaba cerca, aparecen los dos, pero en este caso no eran dos, eran tres, y … El tercero llevaba una correa?
   El tercero en discordia llevaba una especie de correo que le salía cómo de la cintura, cómo una de estas correas para pasear perros mientras se corre. Los observábamos estupefactos, quién era ese nuevo personaje? Y lo de la correa, que significaba? Era difícil divisar exactamente como íban por culpa de los coches aparcados que nos escondían la mitad de la visión hacia ellos. Observamos su camino,  tenían que cruzar una bocacalle, ahí los podríamos ver bien.
   Los observábamos con atención escondidos detrás de otra hilera de coches aparcados, y había algo que no nos parecía muy normal, el tercer personaje parecía que se iba agachando, cada vez era cómo más bajito, al llegar a la bocacalle ese tercer personaje era tan bajito como un niño de 12 años!
   Pero era algo muy feo! Era cómo si se estuviera vaciando por dentro, le caían las pieles replegadas por todos lados, aún así seguía caminando. Nos fijamos en la correa, pero ahora lo veíamos, eso no era una correa, era cómo un  tubo, le salía al personaje de entre la camiseta y el pantalón, o eso nos pareció, las ropas cada vez se le hacían más grandes y era difícil de discernir exactamente de dónde salía, pero lo que sí que se pudo ver bien claro era el otro extremo del tubo, este se encontraba enganchado, no, no, más bien insertado al brazo derecho de Marta, a la altura del antebrazo. Marta ni se inmutaba, y caminaba tal cual, y ¡Ángel tampoco! El tercer personaje cada vez se hacía más pequeño, ahora se veía cómo el proceso era una succión por parte de Marta de todo el interior del pobre personaje, el cual no sabíamos de donde había salido. El proceso a medida que se hacía más y más pequeño, se aceleraba más y más, a cada paso que daban el pobre energúmeno era más y más feo por sus pieles y ropas caídas, a estas alturas ya las arrastraba por todos lados, esto parecía que se acababa.
   Llegaron al coche,  Ángel se detuvo al lado del coche, Marta acabó con la succión, el hombrecillo, desapareció entre sus ropas, y en un flash con un golpe de brazo derecho, Marta soltó el cable, y este nos desapareció de la vista. En el suelo quedaban unas ropas y una masa de piel y pelo bastante asquerosa. Marta cogió las ropas, las revisó, cogió la cartera con los documentos y  tiró las ropas a una papelera. De vuelta al coche, con Ángel en modo reposo a al lado de este, se paró a la altura de las pieles, las cogió, las olió, se pasó la lengua relamiéndose los labios, abrió la boca de tal manera que pudiese pasar un balón de baloncesto, algo inhumano e increíble , y cómo las serpientes cuando engullen se puso toda esa asquerosa piel en la boca hasta que desapareció de nuestra vista.
   A todo esto  Ángel seguía impasible, qué pasaba que ya estaba acostumbrado a verla? No sentía realmente nada? Era tan cómplice como ella, eso seguro, … o no?
Plafff!! Se oyó en toda la calle. Marta le pegó tal tortazo a Ángel que pareció que le rompía la crisma. De golpe Ángel pareció reaccionar, hablaron de algo, y subieron al coche. Mientras nosotros seguíamos sin entender nada de lo que habíamos visto, estábamos estupefactos, y cómo piedras detrás de uno de los coches del otro lado. Cinco minutos después de la visión que acabábamos de tener aún seguíamos allí. Ángel y ¿Marta? Hacía un rato que habían marchado cuando se oyó que alguien decía:
   -Qué nos volvemos para casa? Que es tarde?
   - Sí, sí, volvamos.
   Lo último que se escuchó fue un:
   - Por lo menos es muy limpia y ordenada. No dejó nada de suciedad en el suelo, y hasta recogió la ropa!

martes, 3 de septiembre de 2013

EL AGRADABLE VALLE DE VALDORA Y ¡LAS PUTAS CATEDRALES!

Después de unas justas vacaciones nos reencontramos con ganas de ludear y pasar un rato juntos. Estrenábamos juego nuevo en el grupo y a falta del ricitos fichamos a mi hija Mar que había colaborado en la puesta a punto del mismo.

El juego que presentamos en esta entrada se llama VALDORA. El juego no es ninguna maravilla, un juego más, pero en mi caso concreto un juego muy pero que muy importante. Cuando tienes hijos acabas jugando a juegos de mesa bastante sencillos y de los que tú te cansas y ellos no. A veces piensas  "¡Cuando van a crecer y organizo un Descent como Dios manda!", pero eso amigo lleva algún tiempo. Es por eso mismo que valoro la grandeza de juegos tan pequeños y sencillos como VALDORA, es el juego perfecto para jugar con mi hija Mar, tiene el punto de dificultad justo, es ese juego con pinta de grande (tablero, muchas joyitas, cartas, monedas...) pero con una pequeña alma encantadora. Como decía uno de mis sabios maestros éste juego es "pomada per l'esperit" Hay muchas acciones que en seguida se asimilan y el objetivo es claro. Además prepararlo es muy sencillo y eso sí se agradece.




El juego consiste en que los jugadores somos aventureros/exploradores del valle de Valdora. Nos dedicamos a buscar todo tipo de joyas y después de conseguirlas las llevamos hasta la casa del artesano cumpliendo encargos. Es así de sencillo y además cada jugador puede escoger la estrategia que quiera para intentar ganar.

Vamos ha comentar la parte del juego que más me ha gustado. El juego presenta cuatro ciudades sobre los que se colocan unos atriles de madera. Tenemos dos atriles sobre los que colocamos las cartas de  herramientas que te ayudan a portar las joyas y otros dos donde colocamos los encargos. Los jugadores deben conseguir joyas de diversos colores y para ello deben comprar las herramientas necesarias con monedas u oro. Cuando portan las joyas necesitan encargos y también los consiguen con oro o monedas. Ademas las cartas de los atriles se van pasando como si fueran páginas de un libro.



No voy a explicar la mecánica de juego pero si os voy a dar mi impresión. Disfrutas jugando a VALDORA, es ese disfrute regular, sin puntas, vas jugando de forma agradable escogiendo una acción tras otra, el juego fluye y la tensión va llegando pero de forma diluida. El juego acaba como empezó, sin ruido pero acompañado con una música ambiental que te hace disfrutar del tiempo de juego. Si tuviera que ponerle música le pondría sin duda la de Arjan Kiel para el documental "Un viaje por Hobbiton", le va que ni pintada. Nadie se pica en Valdora como mucho intentas anticiparte a los demás para joder, pero sólo ¡un poquitín!


¡Habéis visto! ¡Es el mismísimo VALDORA! En vez de Hobbits podrían salir aventureros que caminan sin parar con sus mochilas llenas de joyas. ¡Qué juego tan agradable!

Lo peor de todo es que después de semejante viaje por el país de las Maravillas se nos ocurrió jugar un CARCASSONNE ¡con expansiones y todo! Y no falto el pique y la mala leche de alguna de la que ¡no recuerdo el nombre!

La expansión del rio, las posadas y las catedrales, ¡las putas Catedrales! Pues sí benditos, vosotros como cualquier alma de cántaro decidís construir un castillo como Dios manda, con sus torres, sus murallas, sus matacanes, su foso y como no, que no falte ¡una buena Catedral! 



¡Qué haces Infiel! ¡Una catedral! ¡Ni se te ocurra! En el momento en que se te ocurra poner una Catedral, los demás jugadores te saltaran a la yugular. Ese castillo ya no lo cierras y pasas a ser el enemigo público número uno. A partir de ese momento ya puedes tener suerte con la fichas porqué van a rodear tu castillo de caminos haciendo imposible su finalización y con ello te espera la peor puntuación de la historia del juego. 


Vamos que perdí y ¡de escándalo!, pero eso no es novedad, la novedad es que los dos hijos de puta que jugaban conmigo se dedicaron a jugar una partida paralela donde yo no pintaba ¡nada de nada!

Con el buen rollo que me había dado VALDORA y tuve que irme a dormir cagándome en ¡todo lo que se menea! ¡Esta me la guardo y para la próxima la cristiana palurda y el ricitos sarraceno se van a enterar!



Para una vez que sacamos el Carcassonne y va y Berrán no está. Con él y su incapacidad para colocar las piezas seguramente no hubiera quedado ¡el último!