jueves, 15 de diciembre de 2016

¡IN ETERNUM!

Qué curioso. Vivimos mirando el tablero de juego y morimos esperando el siguiente turno. Curioso el daño que el tiempo nos hace a veces. En casa, sin ir más lejos, la simple amenaza del entreturno es a veces una puñalada trapera. Montones de minutos esperando a que alguien decida por fin realizar su jugada.

Los AP (análisis parálisis) no abandonan esa especie de concentración para realizar movimientos o jugadas elaboradas. Se pasan la vida de aquí para allá, van al tablero y observan la colocación, se van al track de puntuación y calculan probabilidades, miran su mano y ven distintos futuros inmediatos y cuando anuncian su jugada hacen una pausa y vuelven a revisar lo revisado.

¡EL TIPO PENSANDO!
Lo jodido de este asunto es que, hecho el mal, no hay remedio. Comprendo algunas pausas, entiendo algunas dudas, entiendo la inseguridad pensando en si la cosa va a ir bien o mal. Puede que los demás exigimos que se juegue en un minuto exacto y con esa exigencia aparezca en los ojos del AP, los rayos y centellas que se concretan en esa expresión de vete a tomar pol saco. Pero claro, después de esperar 5 minutos a que el compañero de turno ponga una puta carta en la mesa, no te puedes quejar y tienes que actuar con excesiva prudencia.

Nunca oigo avisar al tipo de que está a punto de jugar. Simplemente lo veo murmurar por lo bajo, como si invocara alguna especie de oración, esperando que los hados le acompañen. Entonces hace un movimiento con el brazo, ¡va a jugar!, y entonces te percatas de la jugada tan básica que va a realizar y te preguntas porqué cojones necesita tanto tiempo.

¿QUÉ HAGO?
Amigos lúdicos, algunos AP hacen un daño enorme. A mí me duele vivir esas situaciones y seguro que miles de personas han vivido lo que yo. Todos los grupos lúdicos tienen un Chechi. Mi Chechi es la ostia, se pierde en sus elucubraciones y dedica tiempo infinito en preparar su jugada. Él tipo se enfada cuando se lo comentas y no acepta la situación, en cambio los demás sí debemos aceptar, en silencio, las consecuencias.



Nuestra última partida a ELYSIUM fue una experiencia in eternum. El tipo ralentizaba el juego de forma agónica. Sus turnos eran infinitos y murmuraba sin parar como si jugara solo. Pensé en decirle más de una vez que espabilara. Pero, ¿Cómo se lo tomará si le digo algo así? No, mejor espero a que acabemos y se lo suelto. Nada… hagas lo que hagas el tema no cambia. Puede que por eso gane tantas partidas pero el amigo convierte juegos de una hora en complejas paradojas temporales de más de dos horas de duración.

¡VOY A JUGAR!
Pero lo queremos tal cual y aunque a veces se entretenga más de la cuenta, lo aceptamos en la minipandi. La verdad es que ELYSIUM  no da para tanto pensar, pero el cerebro de Chechi funciona a parte y el le pone corazón a todo. No le gusta perder a nada y dedica tiempo y estrategia a que eso no pase.

Al final pasamos un rato divertido, el juego es sencillo y fácil de aprender. Mola eso de ir comprando héroes míticos y utilizar sus habilidades para después llevarlos a la gloria del Elysium. Hay muchos mazos para escoger que hacen de cada partida una experiencia diferente. Lo peor es el sistema de puntuación que es muy sencillo y se basa en el típico juego de hacer familias. Podría estar más currado el tema, pero bueno es lo que hay. Me quedo con el apartado gráfico y con el pedazo de inserto que tiene la caja, absolutamente brutal.

¡THE CHAMPION!
Por cierto, la partida la ganó Julito. Comentario poco usual en el blog ya que gano cada vez que los planetas se ponen el línea creando una especie de situación especial. Esta vez me acompañó la suerte y pude derrotar a Núria que se quedó a tres puntos de la victoria.


1 comentario:

  1. Felicidades por la victoria!

    Ah! Y tengo la solución a esas pausas "in eternum"...
    Empezad a saltarle Los turnos y veras!!!

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