Cuando era niño trepé hasta la colina más alta del pueblo, desde allí pude observar la llegada de los barcos a puerto. Aquel día la niebla espesa se movía de forma consciente como una serpiente que rodea a su presa. Realmente parecía viva y envolvía la luz del faro que ejercía de ancla para todo aquel marinero que quisiera descansar en nuestro humilde pueblo. Aquel horrible día llegó, como salido de la nada, el barco más oscuro y tenebroso que podríais imaginar. Sus velas sucias y rasgadas, el sonido del crujir de su madera, el rechinar del metal que oscilaba arriba y abajo, la quietud, el silencio. Todo parecía indicar que aquel navío no era normal. Cuando el barco llegó a puerto las aguas se calmaron y la niebla empezó a disiparse. El primero en desembarcar fue el capitán, su rostro calaverico no hizo presagiar nada bueno. Miro a derecha e izquierda y levanto la espada en alto, de pronto la cubierta se llenó de marineros esqueléticos dispuestos a tomar tierra y saquear con violencia inusitada. Desde la colina pude observar el terror, la muerte y la depravación con que aquellos seres actuaban. Rápidos, letales luchaban sin concesión, matando a mujeres e incluso niños. Cuando alguno caía muerto, gracias a la resistencia que oponía la gente del pueblo, se volvía a poner de pie y con más rabia si cabe, ejecutaba impíamente todo ser vivo con el que se cruzara. Me quedé paralizado, intenté gritar, pero me faltaba el aire. Cerré los ojos y corrí colina bajo pensando en mi familia y en mis amigos, aunque sabía que no los volvería a ver. Cuando llegué a puerto el barco zarpaba y entre cadáveres pude ver de pie en la popa, al maldito capitán de aquella monstruosa tripulación. Al verme, sonrió y con un gesto rápido me lanzó una moneda que cayó a mis pies. Cogí la moneda y alcé la vista para ver com el barco desaparecía al mismo tiempo que mi corazón roto decidía dedicar todo su empeño a una vida de búsqueda y venganza.
Años después soy el capitán de la Hermandad Wellsport y durante décadas he dedicado mi vida a encontrar a aquella maldita tripulación de los Demonios de Hueso. Con la moneda en la mano me dispongo a abordar el oscuro navío que cambió mi vida por completo y ni el mismísimo Kraken impedirá que acabe con aquellos que merecen el sufrimiento eterno, ya que la muerte es un don del que ya han hecho gala durante demasiado tiempo.
Mis marineros y contramaestres están preparados, mis hombres de confianza saben que hacer, solo queda desenvainar la espada y saltar al abordaje para poder, por fin, saborear una venganza que se ha eternizado. Sabe Dios que hoy voy a llenar las filas del infierno con seres depravados pero sabe también que si muero volveré a la vida ya que la moneda que poseo no es más que un objeto mágico del que no prescindiré hasta que mi venganza se consuma.
¡Venganza y redención!
Dar alcance a los demonios,
cortar el viento para llegar.
Ver su cara, mirar a sus ojos
y empezar a mutilar.
Velas ligeras como el viento,
surcar el mar.
Dejar al enemigo sin aliento,
atacar a la yugular.
No hay botín ni alabanzas,
solo sangre por doquier.
Nuestro premio la venganza,
ver hundido aquel bajel.
Nuestras armas herramientas,
el enemigo nuestro trabajo.
Extremidades expuestas
y sin prisas, tajo a tajo.
Espadas y armas de fuego,
cañones y tripulación.
piezas que encajan en la matanza
y que ejecutan a la perfección.
Como una sinfonía,
la música rasga vidas.
Vidas robadas,
vidas ímpias.
La bandera negra hondea,
la calavera se retuerce
y los demonios huesudos
saludan a la muerte.
Sus monedas ya no ayudan,
no se podrán levantar,
sus filas ya diezmadas
no volverán a luchar.
El Capitán huesudo recuerda
a aquel niño lejano,
no cuando ve su rostro,
sino la moneda en su mano.
Es la última batalla,
la venganza contra el mal.
Gane quien gane,
la leyenda seguirá.
Pues esa es la maldición,
el oscuro barco es eterno,
y aunque su tripulación vaya al averno,
comandará el navio
aquel que haya vencido.
Desde niño buscó venganza
y al final la consiguió.
Ahora erra por los mares
esperando redención.
Con la moneda en la mano
se sabe immortal.
La leyenda continua,
es ahora el capitán.
Mira su rostro enjuto,
sus pómulos marcados
y entiende por momentos
que ha empezado su tormento.
Surcará los sietes mares
en buca de perdón
y algún niño de otros lares
le otorgará, tarde o temprano, la redención.
Inspirado en una partida a Rum & Bones
Partida tutorial a RUM & BONES que sirvió para pasar un buen rato y a la vez poder hacer una pequeña corrección del reglamento. Al desplegar a la tripulación poníamos contramaestres de más y el reglamento dice que pongas dos y los distribuyas como quieras. También observamos que no se puede ir de amarrategui y que lo chulo es entrar a matar desde el principio.
LEYENDO LAS CARTAS DE MAREA |
¡AL MOGOLLÓN! |
DISPOSICIÓN |
Esta segunda partida me gustó mucho, sin ser un juego de excesiva profundidad, te da horas de diversión y además lo puedes jugar con cualquiera. Tengo ganas de volver a enfrentarme a Chechi, el tipo hace del juego un autentico ¡desafío!
Mira, no sé si Chechi te hace el juego un auténtico desafío, pero con esa peazo historia que has hecho a mi me han entrado unas ganas de jugar de la ostia!
ResponderEliminarMenudo crack que estás hecho
Nando si te monto unas jornadas, te vienés?
ResponderEliminarNo te puedo contestar con sólo esa información, amplía info, hazme un poco la pelota y te contesto. ;)
ResponderEliminarSaber tus intenciones y después alucinar con que lo hacemos es suficiente para mi. Qué vamos a hacer, de ilusión también se vive. Eres el mejor calvo que conozco, un adonis de la calvicie, una apuesta calva bajo el lacerante sol de Esporles (hasta aquí el tema pelota).
ResponderEliminarAceptamos eso como la pelotilla....
ResponderEliminarMi intención sería poder bajar pero esto es bastante complicado por temas de curro, así que ya sabes mi "peludo" amigo, quién sabe!