Llevábamos más de un mes sin rascar una sola victoria, entonces decidimos contactar con Nando. Su consejo seria definitivo, necesitábamos su liderazgo y sobretodo su sentido de la estrategia, su agresividad y su motivación a la hora de jugar. No tardó demasiado en reflexionar sobre nuestro problema. Solo un personaje con su clarividencia podía dar con una solución tan temprana después de haber estudiado la situación desde todas las perspectivas posibles. Su bagaje en el mundo lúdico le ha dado una experiencia brutal y es capaz de visionar los pasos a seguir para ganar una partida que parecía ya perdida. En malos tiempos, en tiempos realmente duros nadie dudaría que la persona adecuada, aquel que quieres a tu lado para sobrevivir es Nando. Bueno, todo este rollo sirve para ilustrar, para aquellos que no lo conozcáis, como es nuestro amigo el calvo o mejor dicho ¡como se nos va la gamba y pensamos que es! La estrategia de Nando, su as en la manga, su solución universal, su gran secreto radicaba en un solo precepto: darle a Núria un motivo para desconectar del juego. ¿Como consigue eso nuestro calvo? Dándole a Núria comida, algo que picar, frutos secos o chuches. Sus palabras retumbaron en mi cabeza, el maestro había hablado y con él se había creado otra pizca de sabiduría infinita. ¡Ahora sabíamos que hacer!
¡NANDO MEDITANDO EL PROBLEMA EN ESPORLES!
Nuestra propia inconsciencia y la poca comunicación durante la semana no nos permitió perpetrar un plan bien elaborado pero cada uno puso la miga de pan necesaria para encontrar el camino. Yo por mi parte decidí cambiar el juego. Necesitábamos algo nuevo, algo que ella no conociera, algo dónde hubiera Hondanadas de Hostias. Decidí preparar un juego que tenía todos esos ingredientes, el plan empezaba a rodar.
¡Abracadabra! ¡Shazam! Mil gritos, cientos de maldiciones, hechizos locos, contrahechizos muy jodidos, artefactos de poder, control mental, alquimia, transformaciones, muros que aparecen, laberintos que se mueven, bolas de fuego, rayos de agua... todo esto y más en Wiz-War, ¡el juego de tablero de combates entre magos! Sí, este es el juego que preparé para ganar a la innombrable.
El juego es muy entretenido. Eres un mago que defiende un sector laberíntico donde escondes 2 tesoros. Los demás magos tienen su sector con sus tesoros. Para ganar debes conseguir dos puntos de victoria robando dos tesoros (de otros magos) y llevándolos a tu sector, matando a dos magos o robando un tesoro y matando un mago. Para hacer todo esto debes moverte por el laberinto (3 movimientos básicos), atacar, lanzar hechizos y utilizar artefactos. Tus hechizos y tu movimiento pueden potenciarse con cartas de energía.
Mi parte del plan estaba hecha. ¿Qué había hecho Sergi? El muy jodido había esperado una media hora, cuando la partida estaba en un punto interesante va el amigo y se saca de la chistera una bolsa de esas de frutos secos de Méjico o yo qué se dónde y otra de chuches varias. Núria no sabía dónde mirar, era nuestro momento. Las cosas iban bien no había una ventaja clara de nadie y el amigo y yo ta estábamos planteando la siguiente jugada. Entonces va la amiga y suelta:
- ¿Os puedo decir una cosa?
- Sí-contestamos al unísono.
- En mi próximo turno gano.
¡Joder! ¡A esto se le llama tortura psicológica o Nurifobia! La amiga ya había soltado el arma de destrucción masiva y el amigo y yo estudiando el tablero con cara de tontos. ¿Qué diablos iba ha hacer? Ante la duda y como era mi turno decidí controlarla mentalmente y encerrarla junto a Sergi al otro lado de un muro. ¡Falsa alarma! Después de la jugada de lo dicho nada. La tipa se retracta y se pone a comer sin mediar palabra. ¡Madre mía! ¡Nando tenía razón! La amiga no razonaba, se movía por espasmos y sus ojos no daban tregua al plato tijuanático. El simple placer de comer, el famoso pica-pica de Nando, ese era el punto débil de Núria, habíamos encontrado ¡el efecto Kryptonita!
Al final la partida la gané yo (primer triunfo en meses). Pero ahora viene la parte del contrahechizo. Hicimos una segunda partida dónde la tipa nos destrozó, bueno Sergi salió más entero de la venganza perpetrada por la bestia lúdica. Yo morí asesinado sin piedad por Núria, me atacó con todo y me destrozó, lo más triste es que me ganó ¡con un puñetazo! Partida que quedará para el recuerdo (al mío me refiero). Pues eso que la tía se adaptó a la Kryptonita y no sé si funcionará la próxima vez. Ya veremos qué hacemos, podemos probar con ajos, cruces, estacas o plata. Sea lo que sea tendremos que contactar con el maestro ya que el superadapatoide (Núria) ya nos ha jorobado la estrategia.
Algunas perlas interesantes: Sergi consiguió una armadura que lo protegía de daños inferiores a 5, ¡era indestructible! Núria tenía una carta que transformaba el tesoro en una falsificación y además se teletransportó en algún momento. Yo conseguí (no la pude utilizar) una carta que enganchaba el tesoro en el suelo y no se podía levantar.
Me quedé con las ganas de transformarme en algún monstruo y utilizar las miniaturas. Nos acordamos del calvo porque es de esos juegos que le molan y dónde hay hostias ¡hasta en la sopa! En verdad nos gustan a todos pero ya sabéis, el tipo es ¡tan violento!
¡Él también potencia esa idea!
¡Mirad la foto!