domingo, 26 de enero de 2020

¡400 ENTRADAS!

Empiezo a escribir esta entrada y hecho la  vista atrás, pienso en el momento en el que de alguna forma comenzamos a plasmar sobre este blog nuestras quedadas, nuestros recuerdos. El valor de los recuerdos es una de las ideas que me mueven a escribir. No es un valor tangible, es un valor personal, un valor que se revaloriza en función de las experiencias y de como en ellas te vas relacionando con los demás. Esa motivación no ha de satisfacerme sólo a mí, de hecho, para mí es algo altruista, algo que debo o quiero compartir con los demás porque esos "demás" son la  verdadera motivación. En este momento pienso o afirmo que el juego como acto social es realmente el objetivo de mi grupo de juego porque sin ellos no existiría este blog.

Todos estamos hechos de recuerdos. Todo lo que hemos vivido en nuestras noches lúdicas se guarda, de alguna manera, en nuestra memoria. Victorias, momentos, partidas, jugadas, derrotas... Cada uno de esos momentos tiene un rincón, un rincón en el interior de nuestra personalidad. La suma de esos recuerdos nos hace ser como somos y cada vez que releo el blog o lo escribo me siento feliz por compartir tiempo con vosotros, mis amigos lúdicos.

Miles de veces me paro a pensar y visualizo nuestras jornadas lúdicas como si de una serie de tratase. Un conjunto de imágenes hilvanadas con una historia de narices, pasan ante mi, son el mejor guión, con la presencia de sus protagonistas, todos con un papel importante. Todos tienen sus frases, sus chascarrillos, sus manías, sus defectos y sus virtudes y todos ellos son o han sido auténticos protagonistas de esta historia. Una historia de casi 10 años y a la que no le damos demasiada importancia pero sin embargo la tiene. Me considero en ese aspecto guardián de nuestra historia, estos recuerdos son importantes, hemos de conservarlos para que sigan intactos y no se desvanezcan con el paso del tiempo.

El tiempo pasa inexorable, las canas pueblan y las arrugas marcan la ruta a seguir. Nosotros no nos amedrentamos y plantamos cara al destino imponiendo nuestra amistad y nuestras ganas de pasar tiempo juntos. Cada semana necesitamos esa inyección de emociones compartidas que nos dan fuerza para revivir, con intensidad, las emociones del momento.

Esta es nuestra entrada número 400. El grupo ha ido cambiando a lo largo de los años y he de decir compañeros lúdicos que estamos en un buen momento, un momento lúdico excepcional. Ahora, en nuestra madurez lúdica aparecen juegos con solera, el grupo tiene una gran consistencia y sus miembros son la élite de la comarca. Nadie puede tener mejor grupo que nosotros, pueden jugar más o hasta quedar más pero ni en un millón de años podrían volver a reunir un grupo tan singular como este. Para mi ya soys leyenda y como no, todas las leyendas tienen su historia.

SERGI: todos sabemos y nos lo guardamos para nosotros, que Chechi no es de este planeta. Puede que sea un alienígena o puede que un simple Primigenio con forma humana. Sea lo que sea, se ha colado en nuestra vida y le han gustado nuestras costumbres. Es el hombre serio, el pausado, el respetuoso... No dice nunca una palabra más alta que la otra pero sobre el tablero... sobre el tablero el tipo es otro. Sabe competir a niveles cósmicos, tiene una visión de las situaciones que le hace analizar al milímetro las consecuencias de sus futuros movimientos.  No quiere perder y hará todo lo posible (dentro de la legalidad) para no hacerlo.  Tiene tendencia al liderazgo aunque se ha encontrado con autenticas rocas que no saben o no entienden las ordenes que reciben.


NÚRIA: siempre en las sombras, no destaca en nada evidente aunque su silencio es extraño. ¿Qué se esconde bajo esa figura sencilla y ausente? Puede que sea una de las mentes lúdicas más perversas del panorama actual. Nunca se ha preparado un juego, no atiende a las explicaciones, no muestra interés en nada ni por nada. Se sienta a la mesa y su subconsciente empieza a trabajar sin que ella lo sepa. Solo necesita un turno entero para entender que ha de hacer, entonces se pone en modo automático y empieza a gestionar. ¡Y cómo gestiona! Es difícil prever sus jugadas, sus estrategias, sus tácticas, básicamente juega y gana y después es incapaz de explicar cómo lo ha hecho. Es tan regular este efecto que es conocida como la innombrable y hay juegos que llevan su nombre y en los que por mucho que te esfuerces es difícil derrortarla.


DAVID: otro de los hombres tranquilos del grupo. Ha sabido traer aire fresco y ha renovado con su influencia sutil y sencillez las noches de los viernes. Como un buen monologuista ha sabido nutrir de temas candentes y actuales nuestras jornadas. Por ejemplo su visión limitada y la necesidad de poder leer de forma correcta el texto de algunas cartas. Este tema nos ha dado diversión para aburrir así como el tema de la peligrosidad de latas o botellas abiertas sobre la mesa. El tipo genera más tensión que el bautizo de un gremlin. Otro que parece que no se entera y que como se ponga en modo competitivo y te descuides te funde. Su ilusión por el mundo lúdico ha motivado nuestro interés aletargado y ese aspecto nos ha dado muchas más fuerzas para seguir. Si tuviera que comentar cual ha sido el evento lúdico más importante en el último año, debería de decir que David.


ÁNGEL: rompe con todas las normas de componente de grupo lúdico. No tiene muchos juegos, no juega, se duerme mientras jugamos y se ha visto atraído al grupo por necesidad, aunque su asistencia es imprescindible para poder hacer de cualquier jornada, un momento inolvidable. Este viene a jugar pero también a vernos, a reír, a pasar el rato, viene a lo que sea. Se lo pasa bien y nos lo pasamos bien con él. Ha encajado de narices entre otras cosa porque nos conocemos de hace un montón pero junto a David hacen un tándem terrible que puede llegar a desesperar a Chechi. Cuando viene nos vemos obligados a jugar a juegos de 5 jugadores o parchear algunos de cuatro, pero nos da igual, nos gusta tenerle en nuestras filas y esperamos que se convierta un ludómano como nosotros.


En nuestra última jornada jugamos al Blood Bowl: Team Manager y vivimos un par de perlas que me gustaría comentar como colofón de esta entrada tan especial.

No estaba ganando ninguno de los enfrentamientos y era La Ronda final. Decidí entrar en el campeonato Blood Bowl con un enano de poder de estrellato 2 e intenté placar a un jugador estrella de nivel de estrellato 5 de Ángel. Era una especie de suicidio porque debía de lanzar dos dados y era Ángel el que escogía el resultado. Entonces empezó la vacilada. 

- Ángel- le dije- voy a lanzar los dados y tu vas ha escoger que tu jugador se vaya al suelo placado. 

Los demás atónitos ante tanta palabrería, asistieron a una tirada de dos impactos que fue ovacionada y que obligó a Ángel a poner a su jugador de rodillas. Son esos momentos a los que me refiero, esos recuerdos ¡no tiene precio!


La otra anécdota tiene que ver con el final de la partida. David y Ángel habían acumulado un montón de hinchas y empataron en primera posición. Miramos la condiciones de empate y decían que ganaba el que tuviera más jugadores estrella y como no, volvieron a empatar. Volvimos a consultar las condiciones de empate y llegó la sorpresa. El reglamento decía que ante tanto empate estaba claro que los dos estaban haciendo trampas y que quedaban expulsados de la liga Blood Bowl. Expulsados Ángel y David, se llevó la victoria un Chechi que había jugado de forma regular pero lo suficientemente bien como para llevarse la partida!


Otro momento inolvidable, otro recuerdo que almacenar en un lugar en el que seguro, se conservará. Son 400 entradas pero creo que van a haber muchas más y espero que rodeado de los mejores. ¡Va por vosotros!


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