jueves, 26 de diciembre de 2019

¡UN HOMBRE SIN AMIGOS ES COMO UN ABEDUL DESNUDO!

Una noche, en una mesa, 5 vikingos se sentaron para luchar entre ellos y sucumbir al Ragnarok. Probamos el Blood Rage a 5 jugadores y la verdad es que la experiencia fue brutal. ¿Quien no quiere ser un vikingo capaz de invocar criaturas y lanzarlas a territorio enemigo? Creo que nadie y por eso los que estábamos alrededor de la mesa nos mirábamos con los ojos inyectados en sangre. Patadas por debajo de la mesa, insultos cruzados, jarras de hidromiel rotas en el suelo, enemistades, Chechi y su análisis parálisis...

Parece que todo es salvaje en el mundo vikingo, pero nada más lejos de la realidad. Ese trato demonizado que se les dió y que se mantiene en este juegazo, queda diluido en unos proverbios que los convierten en artesanos, comerciantes y granjeros. Nosotros dándonos manporros en vez del cultivar o narrar nuestras leyendas. A ver a quien se le ocurre hacer un juego de vikingos ¡sin saquear!


¡Ahí van unos cuantos proverbios!

"UN HOMBRE SIN AMIGOS ES COMO UN ABEDUL DESNUDO, SIN HOJAS NI CORTEZA, SOLITARIO EN UNA COLINA PELADA."

"CUESTA TRABAJO VISITAR AL AMIGO AUN CUANDO PILLA DE PASO. PERO ES GRATO VISITAR AL BUEN AMIGO AUN CUANDO SU CASA ESTÁ LEJOS."

"LA MEJOR CARGA QUE PUEDE LLEVAR UN HOMBRE ES DEMASIADO SENTIDO COMÚN; LA PEOR, DEMASIADA BEBIDA."

Este es un juego de acabado espectacular. La miniaturas son excelentes y los monstruos brutales. El juego básico sólo tiene material para jugarlo a cuatro jugadores. Después de jugarlo a cinco creo que la expansión es inevitable. 

Vamos a comentar la curva de aprendizaje que tiene que ver con conocer cada una de las cartas del juego. Es prácticamente imposible ganar con jugadores que ya le han dado unas cuantas partidas. Puede ser muy frustrante esa primera partida ya que puedes quedarte totalmente descolgado a puntos.


El jugador novel puede quedar totalmente hipnotizado con las miniaturas de monstruos y sin ser una mala elección no son, para nada, una estrategia ganadora necesaria. Jugarlos con éxito es una gozada y te dan un poder momentáneo o circunstancial muy chulo. Pero el verdadero poder esta en las cartas de clan, de líder y de guerrero.

Hay una carta de clan de la tercera edad que dobla la puntuación de las misiones que lleves a cabo. Me parece una carta muy tocha que te da un poder espectacular si llegan misiones a tu mano. Aún así te da una ventaja que puede romper el trabajo excelente de alguno de los clanes. Toda aquella carta que disminuya el coste de invasión o doble el poder de los guerreros es bienvenida a mi mano. 

Cerrar un terreno con miniaturas de un mismo clan, que no está amenazada por el Ragnarok, te asegura un saqueo sin oposición y puede dejarte en bandeja más de una misión. ¿Debería haber una forma de echar a ese clan? ¿O forma parte de una estrategia y por lo tanto todo vale?

¡ÁNGEL NO SE ENTERA!
Seria un pasote que la destrucción de territorios en el ragnarok fuera aleatoria. Eso acabaría en algún momento con la premisa de bloqueo de terreno planteada en párrafo anterior. Cambiaría estrategias y jodería más de uno, diezmando su clan.

Lo mejor del juego es el efecto que crea en su jugadores. Todos acaban encantados. Se lo pasan de miedo y se quedan con ganas de más. De hecho el reglamento es sencillo, se explican las mecánicas en 5 minutos y se juega en un par de horas. Cuando ves todo sobre la mesa te asustas y después lo juegas en un momento. Bendita sobreproducción. ¡Nos encanta Blood Rage!



Ángel flipó con el juego y fue un ejemplo de jugador novel, le pasó todo lo que le tenía qué pasar. Era la segunda partida para David y acabó descolgado en puntuación. El tema estaba entre los más veteranos y todo se decidió por la bendita carta que dobla el valor de las misiones y que consiguió Julito. Puede que fuera también determinante la posición la mesa. Hay cartas que los jugadores noveles no valoran por desconocimiento y que te llegan a la mano. Pero bueno, eso también es una artimaña vikinga, ¿no?

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