LAS REGLAS DE LA NIGROMANCIA
Los nigromantes son malvados.
solo quieren sembrar el caos.
Lanzan alaridos, corren por las calles,
escupen conjuros de dolor.
A veces no sabemos cómo se comportan,
pues surgen con una ficha adicional de aparición.
La ficha se considerará activa
y en ella habrán zombis, gordos... ¡la perdición!
Cada vez que una carta de Nigromante aparezca
activaremos su miniatura.
Se moverá hacia la salida más cercana,
¡hemos de estar a la altura!
Perderemos de inmediato
si la salida alcanza.
Pero antes seis fichas de aparición en total han de haber
para perpetrar y así perder.
Matar a un Nigromante frena un poco la invasión.
Si logramos destruirlo retiramos una zona de aparición.
Pero puede ser una cualquiera,
una a ¡nuestra elección!
Con esto dejamos el poema,
era para aclarar la reglamentación.
Jugamos de higos a brevas
y hay agujeros ¡a mogollón!
LAS REGLAS DE COMBATE
¿Qué decir del combate?
Sólo Chechi sabe la reglamentación.
Que si armas de doble mano,
cuerpo a cuerpo y ¡precisión!
Si dos armas iguales tienes,
doblemente equipado estás.
Usalas sin distinción,
al coste de una ¡única acción!
Cada resultado que iguale o supere el valor de precisión,
es un pecho perforado,
una cabeza abierta en dos,
unos miembros cercenados, un éxito asegurado.
Cada arma tiene un objetivo,
cada éxito una víctima atroz.
Es por eso imprescindible
obtener armas mellizas para causar dolor.
Sobre el "fuego amigo" dudas tenemos.
Las armas a distancia lo producen,
las de cuerpo a cuerpo no,
por eso molan los ataques a mogollón!