lunes, 21 de mayo de 2018

¿SE ESTAN PERDIENDO LAS TRADICIONES?

¿Te imaginas las guerras Santas entre cristianos y sarracenos, aderezada con un poquito de mitos de Cthulhu? ¡Qué demonios un poquito! ¡Con mucho Cthulhu! Pues bien, esa es la propuesta de CTHULHU CRUSADES y amiguetes, no podía ser mejor propuesta.


He de deciros que la temática Cthulhu o Lovecraftiana, triunfa en mi grupo de juego. Chechi tiene una especial predilección por todo ese terror gótico y no le hace ascos a nada que tenga tentáculos. Le gusta el pulpo a la gallega como al que más. Cuando le presenté este juego, le tiró para atrás la estética, aspecto que a mi me entusiasmó pero no supo decir que no a una partida. 

Todo transcurría con normalidad, la explicación era sencilla y el juego parecía, sobre el papel, divertido. De pronto, se me ocurre explicarle una de las mecánicas que tiene que ver con sacrificar vírgenes a los Profundos para obtener más cartas y así más posibilidades de estrategia.

"¡Sacrificar vírgenes!" Los ojos se le habían iluminado, los tenía lagrimosos de la emoción, cada gesto que hacia con la cara expresaba sorpresa y alegría. ¡ Por fin un juego donde se pueden sacrificar vírgenes! El tipo se levanta, se saca la cartera y le planta un carné a Núria ante los ojos. ¡No me lo podía creer! ¡El tipo pertenecía a la primera Iglesia de Satán! Nos explicó que hace unos años, en un alarde de valentía, a través de internet, contactó con estos personajes y después de cumplir una serie de requisitos se hizo miembro. 


No le pregunté por los requisitos porqué quería mantener la amistad con el amigo pero me pareció que el tema le motivaba bastante. Pero como el tipo estaba suelto esa noche, empezó a cantar. Se ve que en una de las reuniones Chechi tuvo una iniciativa y comentó ante sus ya hermanos que quería participar en una de esas ceremonias donde se sacrifican vírgenes y se hacen cosas con cabras o a la inversa. El tipo se quedó muy frío cuando le explicaron que ni sacrificaban vírgenes, ni tenían relaciones con cabras. Lo de las cabras no acabé de entenderlo, que Chechi hiciera semejante propuesta me pareció enfermizo y me hizo pensar en ese hobby de ir a escalar. En esos cerros abandonados de la mano de Díos, mi amigo había hecho cosa indescriptibles.   


Ante semejante respuesta Chechi les comentó lo de tatuarse un pentagrama y comenzar a aprender hechizos oscuros. Una vez más obtuvo una misiva negativa. Nos comentó que después de unos meses comprendió que aquello era una especie de religión contraria al cristianismo con dogmas de fe y obligaciones. El tema es que el tipo se piró de aquella iglesia y dejó de ir tanto a escalar. Supongo que ya no necesitaba practicar más. Eso me dejó tranquilo al pensar en los pobres animalillos que se habían topado con él.


El tema es que después de aquel episodio de vida descubrió a Lovecraft y desde ese momento, sus relatos le relajaron. Podía vivir sus fantasías a través de los mitos sin tener que hacerlos realidad. Después entró en esto de los juegos de mesa y en esta nueva religión va y descubre que por fin ¡puede hacer sus sueños realidad!

Dejando a un lado la oscura vida de Chechi, Cthulhu Crusades me parece un gran homenaje  a todos aquellos que disfrutamos de esta temática. Un juego de alta carga lovecraftiana que se juega en 20 minutos y que te deja con ganas de más. Tener que ganar la batalla para poder conseguir una copia de Necronomicón y ser el único capaz de invocar dioses primigenios. Me parece una idea bestial. Construir armas de asedio, atacar, sacrificar vírgenes... Todo en este juego es divertido y sencillo.


Pero lo mejor es el modo cultista para 3 o 4 jugadores. Aquí el juego luce mucho más y deja de ser una batalla campal para transformarse en una auténtica carrera contrareloj para conseguir cultistas de formas diferentes. Si invocas una criatura obtienes un cultista, que sacrificas una vírgen obtienes cultistas... ¡Una auténtica delicia!


El juego funciona a la perfección, las ilustraciones son un escándalo, la simbología se aprende en la primera partida, te ríes cada vez que hay un sacrificio, hay opciones de ataque y defensa que pueden desmontar las estrategias de los adversarios, es muy temático y lo mejor es ¡que nos encanta!

Bueno, a Núria no le gusta ¡nada de nada! Para nosotros es el descubrimiento del año, que digo del año, ¡de la década! Jajajaja.. ¡Le tenemos en un pedestal! Pronto vamos a montar un pequeño templo para guardarlo. 

Me quedo con el comentario final de Chechi, el tipo comentaba que se están perdiendo las tradiciones: "¡A quien no le gusta un buen sacrificio con todo su atrezo ritual, sus cánticos, sus rezos, sus gritos... !" La verdad es que igual tiene razón y todo. ¡El puto loco!





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