martes, 6 de agosto de 2013

SAW X

Lo primero que noté fue el nauseabundo olor que impregnaba cada palmo de aquel lugar. Abrí los ojos lentamente intentando enfocar la mirada en un objetivo concreto. La luz tenue y aquella especie de resaca dificultaba cualquier intento de poner mis sentidos en orden. Me incorporé y deje pasar unos minutos mientras todo a mi alrededor dejaba de dar vueltas. Instantes después me di cuenta de que a unos metros de mi se encontraba un cuerpo estirado en el suelo, como si hubiera caído desfallecido después de un golpe o un disparo. Me arrastré hasta él sin atreverme aún a levantarme. Puse una mano en su espalda y con la fuerza justa le di la vuelta. Fue entonces cuando pude ver el rostro demacrado y desencajado de Sergi. Estaba inconsciente así que, ante aquella situación, no perdí ni un segundo y empecé a golpearle en la cara con la mano abierta mientras lo llamaba con insistencia. Poco a poco fue volviendo en sí, repitiendo el proceso por el que yo ya había pasado hacia unos minutos. Le dejé el margen de recuperación suficiente mientras yo indagaba las sucias paredes de lo que ya tenía claro era una habitación. Intenté levantarme sólo para comprobar que algo sujetaba mi pie. Tenía el tobillo encadenado a una tubería de hierro como si fuera un perro en su jaula. Rápidamente observé el tobillo de Sergi. ¡Él también estaba encadenado!

De golpe, unos potentes focos se encendieron. La luz inundo la sala cegándonos momentáneamente. Parecían unos lavabos públicos abandonados, llenos de mugre y grasientos a no poder más. Sergi me miraba estupefacto y ya sabía por qué. Nuestro aspecto dejaba mucho que desear, parecíamos unos vagabundos andrajosos y descuidados, como si lleváramos sin lavarnos unas semanas. 

Nuestras miradas se cruzaron y antes de poder decir ni una palabra, el sonido chirriante de la estática de unos altavoces inundo el lugar. Después una voz distorsionada empezó ha hablar:

- Hoy quiero a jugar a un juego. Vuestra vida es una mentira, ahora viene vuestra hora de la verdad, como jugones jugáis a la ruleta de la vida con los demás, hoy jugaréis con vuestra propia vida. 

- Quien eres tú?-respondí. Por qué nos has hecho esto?

- ¿Yo? Te lo has hecho tú solo. Todos los viernes habéis intentado afectar la vida de los demás, habéis jugado en diferentes épocas y habéis acabado con vidas inocentes.

- Por favor-empezó Sergi- dame tiempo para explicártelo. 

-No puedo dártelo, nadie puede. El tiempo es una ilusión.

- Espera, lo siento, lo siento-insistí pensando que debíamos intentar que aquel personaje hablara para darnos más tiempo..

- Os enseñaré, os daré la oportunidad de redimiros a los dos, puede que hasta recuperéis vuestra alma pero os aseguro que hoy pagareis con vuestra vida. Debéis ver la muerte para renacer.

- ¿Qué debemos hacer?- preguntó Sergi.

-Sí. ¿Cual es ese juego?- seguí yo.

- Vivir o morir. Ese es el juego. Hoy vamos a jugar al ¡MUCHKIN!

- ¡Estas enfermo cabrón!- exclamó Sergi.

- Sí,  lo estoy. De una enfermedad que me corroe por dentro. Me enferma la gente como vosotros que cada viernes queda para pasarlo bien. Os odio por mantener ese espíritu de Peter Pan. Os odio y por eso vais a pagar. ¡Eso me pone enfermo!

La puerta se abrió lentamente y una figura alta y esbelta entró. Su rostro estaba cubierto por un mascara enfermiza e inexpresiva.

- Te conozco- dije con voz firme- nunca me fié de ti.

- Sabía que me reconocerías por eso puedo afirmar que esta será vuestra tumba.

- Saber que vamos a morir lo cambia todo- empezó Sergi- reparte las cartas y acabemos con esto. 

- Sí-afirmé- reparte las cartas ¡Berrán!

- Por cierto. ¿Cómo mes has reconocido?- preguntó Berrán.

- Los rizos se te ven por encima de la máscara. Te advertí que ese pelo no era normal.

-La mayoría- empezó Berrán- tiene la suerte de saber cuando cortarse el pelo, y la ironía es que eso les impide vivir realmente sus vidas.

- ¿Por qué esa rabia? ¿Por qué esta venganza?- dijo Sergi mientras le miraba atentamente.

Berrán dudó. Pero su respuesta encerraba una enfermedad más allá de la cura. Su mente ya no estaba, el afable amigo había dejado atrás el modo tutorial para convertirse en un monstruo. Entonces habló de nuevo.

- No puedes ni imaginar lo que se siente cuando te invitan a sentarte... y te dicen que eres el sustituto, y encima no te llaman ni por tu propio nombre. Ahora eres la fusión de algo nuevo. Dicen que la imitación es la forma más sincera de adulación. Sin embargo creo que es desagradable , que me atribuyan el mérito de algo que no he hecho. Especialmente  cuando el que lo ha hecho es una leyenda.

- ¿Entonces- comencé- no sería más fácil que mataras a Nando?

- ¡¡¡¡Jajajajajaa!!!- empezó a reir aquella criatura ya desconocida para nosotros- ¡Lo siento amigos, pero aún no estoy tan loco!

Chechi me miró y entonces supimos que había llegado la hora y que esa hora podría significar el fin del juego. Ahora sólo nos quedaba luchar y colocar, en aquella pesadilla dantesca, la última pieza del rompecabezas.


Después de homenajear a la saga SAW en la introducción de esta entrada sólo me queda decir que así es como me sentí la noche del viernes. Sí amigos, jugamos a MUCHKIN y Sergi y yo no tuvimos nunca la certeza de lo que estaba pasando. Recibimos golpes por doquier y la suerte nos abandonó en pos de un Berrán pletórico. Carta que cogía, arma o habilidad brutal, sus armas se potenciaban a cada ronda y sus monstruos eran de un nivel "superfluo". Además subía los niveles como el que va en ascensor. Nada lo podía parar y cuando digo nada es ¡nada! 

El tipo estaba esplendido, así que Sergi y yo nos confabulamos y montamos un superataque para joderlo vivo. El tipo entre armas y bonus subía unos treinta tantos puntos. Lo superamos seguro. Entonces va el mamón y nos saca una carta que clona su guerrero y suma su fuerza de nivel y todos sus objetos y bonus. Su fuerza era de sesenta y algo. Hicimos un último esfuerzo, pero el cabronazo tenía un poder especial de personaje que nos jorobó toda la estrategia.

En los últimos lances del juego tuvimos una oportunidad pero la suerte seguía del lado de Berrán que por una noche nos torturó cual Jigsaw en la saga cinematográfica. Sergi y yo no fuimos capaces de coger la sierra y serrarnos los pies para escapar y acabamos en el suelo noqueados por el principiante. 

Ahora mis pesadillas tienen nombre, se llaman Berrán. Pero no me acojono así que mira el video que viene a continuación Berrán y empieza a ¡sudar!


¡HASTA LA PRÓXIMA!

3 comentarios:

  1. Siento que la sesión de Vudú haya afectado la salud de Berrán. La próxima vez espero que respete más a sus mayores y no nos vapulee en el modo tutorial. ¡Eso es de cabrón y de mala persona!

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  2. Respuestas
    1. Jamas en mi vida lo hibiera podido explicar mejor.


      ¿¿¿¿Berran lees la bilbia?????

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