martes, 7 de julio de 2020

¡NO SE PUEDE BAJAR LA GUARDIA!

Os quiero hablar de Coimbra. Solo ver el color de la portada me llamó la atención, así que tocó investigar quien coloreaba de forma tan bonita.  El tipo se llama Chris Quilliams y a parte de Coimbra ha coloreado otros juegos Pandemic, Clash of Cultures, así como ilustraciones de género fantástico. 

En este enlace podréis ver parte de su trabajo.






Ok! Perfecto! Te gustó mucho el color pero el juego, ¿qué tal? Pues el juego bien, muy bien. No me ha emocionado excesivamente pero no me importa jugarlo. Buenos componentes, buenas ilustraciones y un reglamento que tiene alguna cosa original. No es que mi reacción sea fría, es que había leído que era uno de los mejores juegos del 2018 y no sé si me esperaba más. Pero bueno no os fiéis de mí, yo lo juego todo y solo le hago ascos al Chartterstone (y lo he jugado un montón, siendo un montón= 6). 

Para mí es un euro medio que necesita de una dosis de atención excepcional. Os explico. Lo he probado a 2 y la verdad es que funciona como un reloj. Hay un montón de maneras de puntuar y eso te trae de cabeza porqué la elección de cartas va ha provocar tu victoria o tu perdición. Y no es fácil obtener la carta que quieres porque los demás están igual de atentos que tú y esa carta ¡les pertenece!


Imaginaos la ciudad de Coimbra, con su castillo, su parte alta, su parte médica y su parte baja. Tendremos que escoger unos dados de color con un valor y colocarlos en una de las partes de la ciudad para poder acceder a las losetas favor o a las cartas que representan diferentes personajes (comerciantes, nobles, guardias...) que visitan, trabajan o viven en la ciudad. El valor del dado nos hará tener preferencia en el momento de escoger, por eso hay que estar muy atento, un despiste y te vas a llevar las peores cartas. El color del dado servirá para poder  cobrar en el track de gremios.

¿Qué problema le veo a la parte de la ciudad? A dos jugadores ninguna, pero me lo imagino a cuatro y si te toca estar alejado de la zona de cartas lo llevas clarinete. Me imagino que tienes que levantarte para poder mirar que te conviene y eso no mola. Intuyo que a tres puede funcionar igual de bien.

La gestión de dados es el punto fuerte de Coimbra, es el alma del juego. Cada jugador tiene unas torres donde encaja los dados que selecciona y esa parte es curiosa ya que todo el tiempo identificas de quien es cada dado. Poner el valor más alto o el más bajo te va a dar prioridad y eso tiene un precio que vas a pagar en oro o en escudos.


El otro punto fuerte esta en la fase cobro donde podremos combar el beneficio de los dados con el de las cartas. Esos beneficios harán que puedas mejorar tu estrategia en las demás partes del tablero. Podrás viajar por el mapa de peregrinación, podrás cobrar en los tracks de gremio, podrás completar las cartas de travesía... Pero ya no queda nada de original en estos espacios ya que se asemejan a partes de tablero de otros euros. ¿Quien no ha viajado en La Villa? ¿Quien no ha subido su track de sacerdotes en Terra Mística? ¿Quien no ha completado objetivos en Blood Rage?


Aún así todo combina de forma elegante en Coimbra. El juego avanza y te pone en tensión y hace que estes cada vez más metido en el juego. Cada ronda que pasa piensas en qué debes hacer para poder mejorar tu nivel. ¿Debo viajar más? ¿Necesito cartas de guardias para poder subir en track de monedas? ¿Necesito jugar el dado verde para poder cobrar puntos de victoria?... 

Aunque no hay excesiva interacción, cuando cogen la carta que tú quieres, te violentas y se te viene el mundo abajo. Tranquilo, si una cosa tiene Coimbra es que vas a puntuar de muchas formas. Cartas de puntuación final, set Collections, viajes... Tranquilízate, no se acaba el mundo, observa bien y podrás encontrar la manera de competir. 

Atención al orden de turno, lucha por ser el primero en cada ronda y te aseguraras la primera elección. No es moco de pavo amiguitos, hasta el orden de turno es importante. En el fondo Coimbra es un juego con cuatro normas que nos van a tener en tensión de forma constante. Un juego que puede parecer simple pero que esconde un minotauro en su laberinto interior.


jueves, 2 de julio de 2020

¡DEBEMOS SER UN GRUPO CERRADO!

El grupo de juego es variopinto, hay de todo un poco. Me refiero, por supuesto, a personalidades. No hay mala gente, aunque jugando, la cosa es mucho más seria. La actitudes se oscurecen ante el tablero o con los dados en la mano y sólo los colaborativos merman esa tendencia. Hablando de tendencias, la temática más exitosa a la hora de jugar es el ocultismo y puede que hasta el terror. No hay misterio Lovecraftiano  al que le hagan ascos y por eso sus mentes perturbadas estan preparadas para asimilar o aceptar cualquier realidad o suceso.

Es un grupo hecho a base de experiencias, las relaciones se establecen de forma sana y no hay rencillas evidentes. Si acaso recelo o desconfianza por lo que ha pasado en alguna partida. Es imposible que en el seno de un grupo no haya una parte oscura. Todo pasa y al poco tiempo se transforma de manera exagerada en pequeñas anécdotas que no hacen más que consolidar la amistad y cierta pelusilla a todos aquellos que no pertenecen a esta pequeña secta lúdica. Formar parte de esta "secta" puede hacernos la vida más fácil, podemos aprender aptitudes como compartir y respetar.
Vamos llegando al tema. Al inicio éramos 4, sí 4. Nando estuvo unos meses y después se fue. Volvimos a ser 3 y al poco tiempo apareció Bernat, este estuvo aún menos que el calvo y despareció. ¿Muerte? ¿Secuestro? Nos consta que siguen por ahí vivitos y coleando, con este comentario exonero a cualquier miembro del grupo actual de acusaciones que no vienen al caso. 
Mucho tiempo pasamos los 3 solos y nos acostumbramos de tal manera que no necesitábamos a nadie más. Pero el destino nos trajo a David. Pensé que estaría un tiempo y después si te he visto no me acuerdo. El tipo está aguantando y la verdad es que jugar a cuatro está muy pero que muy bien. Parecía un grupo consolidado cuando pasó algo. Apareció Ángel y con él, el caos más absoluto. Se acabó el jugar a 4. ¡Bienvenidos a jugar a 5!


A partir de ese momento la decisión es clara, debemos ser un grupo cerrado, con un código estricto de pertenencia y conducta. Debemos tener unos estatutos, unos valores y unas creencias compartidas. Sé que con fichajes como David y Ángel, mucha gente anda loca por entrar en nuestro grupo. Ya sabéis...para ganar más estatus social o popularidad. Debemos crear un saludo, tener un decálogo normativo... ¿Qué pensáis?

¡Os hago una propuesta de saludos!



¡Aquí otra propuesta de decálogo!

1. Por poco que se pueda hay que ser cada vez más friky (juegos de mesa, cómics, miniaturas, manga...).
2. Alrededor de la mesa como en ningún sitio.
3. A ser posible intentarás integrar a tu pareja en el mundillo, cuando te deje no entres en depresión ¡tenemos a medias más de una partida!
4. Organizar las quedadas pensando siempre de forma lúdica. El juego no nos da de comer pero alimenta nuestra alma. Ahora, el chuleton, las butifarras, la bebida fresquita... ¡que no falte!
5. El plastiquete es nuestro Dios. David es su profeta pintor.
6. Si la palabra Lovecraft o Cthulhu aparece en un juego hay que jugarlo seguro.
7. Tenemos el derecho inquebrantable a no ir a la moda, a tener miopía, a tener sobrepeso, a beber Desperado,  a hacer Kickstarters...
8. Jugamos a todo lo que se ponga delante aunque la temática sea de trenes. ¡Respetamos los euros! ¡Gozamos con los recursos!
9. Aprovechar cualquier momento para montar un refugio que garantice nuestra supervivencia (zombis, Aliens...).
10. En todo grupo que se precie ha de haber un tipo misterioso.  El típico que a veces habla, a veces no. Que se oculte en las sombras sinó ¡no vale!

Podéis proponer cambios y ¡debemos escoger un líder! Bueno, lo del líder no es tan importante. Ya lo hablaremos!


¡AY DAME POPPER QUE QUIERO MORIR!

Durante estos meses de confinamiento hemos dejado de quedar pero nuestro afán por jugar ha sobrevivido. Descubrimos Boardgamearena y con ella la continuación de nuestras noches lúdicas. Hemos jugado un montón al Seven Wonders, al Stone Age, al Dice Forge, al Seasons... Muchos otros juegos han poblado la pantalla del ordenador pero la más curioso, lo más valioso ha sido mantener y reforzar nuestra amistad.


La aparición del popper fue un gran descubrimiento. Sí, me refiero a esa substancia que produce cierta estimulación, euforia y deseo de jugar. Con el popper hemos bromeado, hemos reído y ¡hemos creado! ¡Qué jocosos y divertidos, los momentos en que cantábamos al unísono! " Ay, dame popper que quiero morir...Ay dame poooopper!!!  Pero cuando digo al unísono quiero decir Ángel, David y yo mismo. ¿Qué pasa entonces con los demás? 


Empezaremos por Chechi y su regresión. El ermitaño lleva tiempo sin relacionarse y ha huido del presente a un estadio evolutivo anterior. Su comportamiento y emocionalidad se han trasladado a su época adolescente (su época más oscura). Pero además, este hecho ha venido acompañada de una fijación mental. Su vida y sus acciones giran alrededor de la imagen del Assessins Creed, el asesino del juego ambientado en las cruzadas. Es capaz de pasar desapercibido ante la cámara y desaparece sin dejar rastro bajo una capucha que ensombrece su rostro. A veces me giro inquieto pensando que puede aparecer a mi espalda para pasarme por el filo de su daga.



Seguiremos con Ángel. Ángel paseaba por El Barrio Chino (¿Qué haría por allí?) cuando encontró la tienda del señor Wing, un anciano chino. El chino vendía una extraña criatura llamada Bertawai (que en chino cantonés significa "espíritu maligno"). El dueño de la tienda no quería vendérselo pero al final accedió bajo una condiciones en forma de precauciones:
  • No entrar nunca con ella a una iglesia.
  • Evitar que te mire doblando las cejas.
  • Correr cuando diga ¡papi!
Ángel llamó a la criatura Berta y todo parecía ir bien hasta que el pequeño monstruo empezó a actuar protegida por la imagen inocente de un unicornio. ¿No os recuerda esta historia a la película " LA PROFECIA" o "EL EXORCISMO"? A mi no me recuerda a ninguna otra, ¡ah sí! "LA SEMILLA DEL DIABLO". 
Pues Ángel juega siempre y cuando esa especie de ser demoníaco se lo permita.


Seguimos con David. El tipo actúa de forma extraña. Suele oír voces, el grito de un ser espiritual o de un niño. Siempre que juega con nosotros está como en trance y no dejar de tomar líquidos sospechosos que le inducen a un estado extraño. Cuando está jugando habla de bomberos, de tipos con abdominales y mangueras. Nosotros nos reímos pero por el whatssap comentamos el nivel de locura. A veces habla con niños ante la pantalla, nos los enseña, pero no hay nadie. Tiene alucinaciones visuales, distorsiona la realidad e incluso escenas vividas. Este fin de semana no ha salido de casa, pues el tipo cree que ha ido a un curso de pintar miniaturas con un tal Masclans. Esta claro que estas alucinaciones son fruto del consumo de sustancias. Este verano nos lo llevamos 15 días a un retiro para desintoxicarlo. Él piensa que vamos de vacaciones. ¡Insensato!


Seguimos con Núria.  Núria segrega cantidades ingentes de Oxitocina y eso provoca que este más pendiente de sus hijos que de jugar. Su código genético está grabado con esa sustancia y solo que uno de sus vástagos la reclame, reacciona como un resorte y puede olvidar completamente su poder lúdico. Estamos intentando meter una mascota en casa para romper el vínculo pero de momento de forma infructuosa. Pero claro, cuando aplicamos los efectos esa hormona a los juegos de mesa, vemos que estamos perdidos. La mierda de la oxitocina elimina cualquier miedo e indefensión, actua con seguridad y de forma estratégica acabando casi siempre con la victoria. Estamos buscando un inhibidor y esperamos encontrarlo pronto porque ya estamos hartos ¡de ser vapuleados!


Durante el confinamiento hemos quedado (virtualmente), hemos reído y sobretodo hemos jugado. ¿Qué más podemos pedir en un momento como este? Puede que esto nos haya unido más, puede que cambiemos rutinas, puede, puede... No lo sé. Lo que sí sé, es que hemos resistido, hemos aguantado y ahora que vemos la luz, ¡vamos a seguir!