jueves, 11 de mayo de 2017

"NO TENÍA NI MEDIA HOSTIA"

Estábamos en el pueblo, todo parecía tranquilo, sosegado. Era una noche oscura y el grupo habitual: Chechi, Núria, Nando y yo, vigilábamos como cada noche desde los últimos 100 años cada recodo de aquel lugar maldito. En realidad Nando no nos acompañaba esa noche, pero da lo mismo. A efectos de la narración, estaba. Me lo invento y no pasa nada. Éramos cuatro, los cuatro de siempre, el mejor cuarteto lúdico de la historia conocida. Bueno, esto también me lo invento y sigue sin pasar nada. Mientras caminábamos, atentos a cualquier señal, hablábamos de cómics, películas, carlinos, la potencia sexual de Ángel, los gemelos frikis…En fin. Cosas de ésas. Entonces y sin previo aviso, oímos un ruido. Nos acercamos al cementerio y vemos como las lápidas empiezan a moverse y seres horribles surgen del interior. Fantasmas por doquier y allí sobre el templo la encarnación de ¡Wu feng! 

La encarnación es una chica femenina que contorsiona su cuerpo de forma sensual. En carne mortal pierde mucho. Pero es una encarnación guapa y bien dotada. La acompaña un demonio del averno. Estudiamos al demonio guardaespaldas con ojo crítico. "No tiene ni media hostia", apunta Nando que sigue sin estar en esta historia. Todos nos mostramos de acuerdo. "Habría que acabar con ella", sugiere Núria. "Ese ser lujurioso no puede escapar con vida" opina babeando Chechi. Todos se muestran de acuerdo y me miran, tanto porque soy el mayor- aún se respetan esas cosas- como porque soy el pringao que ha sido escogido. Así que asumiendo mi responsabilidad, me vuelvo hacía Chechi. "Tú eres el guapo y el cachas del grupo" digo autoritario. "Seguro que esa sensual encarnación no te dura dos telediarios. ¡Ya estás tardando!"

Chechi nos mira indeciso, y asentimos todos. "Vuelve con tu escudo o sobre él" grazna entre carcajadas Nando. ¡Qué cabrón! Pensamos todos, para no estar en la historia se está cebando con el escalador. Con su bondad habitual y no con pocas ganas de decirle algo al calvo, Chechi respira hondo y sale corriendo hacia la horda de demonios. Regresa humillado. "Me han mandado a tomar por culo". Y se sienta. "Menudo gilipollas", comenta Nando, "voy yo". 

Vuelve al rato con las ropas raídas y la calva magullada. "El demonio no tiene ni media hostia pero es que no he podido ni acercarme". Nos agrupamos consolándolo. "No tiene ni media hostia", continua gimiendo. Haciendo cálculos entre las ganas de ganar y la cantidad ingente de fantasmas que debíamos eliminar decidimos cargar con todo. O sea, que no. Al final decidimos irnos con las orejas gachas, mientras Nando gemía "No tenía ni media hostia". Asentimos cabizbajos mientras le indicábamos que no hiciera ruido, no fuera a ser que los fantasmas nos oyeran. Mientras nos alejamos en la noche rezábamos a Buda para poder ganar ni que fuera en otro momento, todos, incluso Nando, que no estaba, pero que seguía mascullando "No tenía ni media hostia".

Tengo la suerte de pertenecer a un grupo de jugones que se crece ante la dificultad. La actitud con la que afrontan los diferentes retos lúdicos hace que cualquier gesta parezca fácil. Estoy haciendo esta introducción para disculparme o para justificar una victoria a todas luces imposible. El juego que voy a comentar es conocido en todos los recodos del universo y no precisamente por ser el más asequible a la hora de vencer. Es por eso que lo que voy a explicar a continuación, constituye una pequeña hazaña que nos dejó buen sabor de boca pero un punto de culpabilidad por la posibilidad de  haber cometido algún error subrayable del que no fuimos conscientes. 


El juego al que nos referimos es el GHOSTS STORIES. Y la historia de la introducción es una sensación real de "esto es fácil pero a la vez imposible". Sí, algunos pensaréis que ganar es posible y que se puede hacer después de un proceso de aprendizaje regular. Yo estoy de acuerdo, pero es que nos encontramos con la victoria en la tercera partida y eso hizo temblar toda nuestra realidad. Habíamos investigado sobre el juego, sabíamos de las diferentes reseñas y del infierno por el que habían pasado diferentes grupos lúdicos y aún hoy nos cuesta aceptar la victoria.

¡FANTASMA!
Wu Feng fue derrotado hace tiempo y su prisión es un pueblo desconocido custodiado por cuatro monjes Taoistas. Ahora Wu Feng ha encontrado una forma de escapar y comienza a enviar demonios de todo tipo para abrir una brecha y volver del infierno. Los monjes entrenados en un poder concreto y con habilidades excepcionales colaboran para crear los combos más espectaculares y evitar el renacimiento de Wu Feng. De esta forma se presenta un juego cooperativo excepcional donde cada decisión contará. És inevitable luchar contra los demonios y contra el factor suerte, pero éste último factor puede, al menos, ser minimizado para tener la posibilidad de vencer.
FUSTRACIÓN
¡CORRE BUDA CORRE!
El tema es que jugamos dos partidas en las que sufrimos derrotas brutales, analizamos la combinación y las sinergías que podían darse y volvimos a la carga. He de decir que la disposición de las losetas de pueblo fue óptima y que pudimos combinar nuestros poderes sin tener que movernos excesivamente. Fue una partida en que pudimos combinar dos losetas de pueblo, la de los budas y la de mover un fantasma a un espacio vacío. Uno de nuestros monjes podía evitar tirar dados de maldición y todos los fantasmas negros iban a su espacio. Sí que perdió vidas por acumulación pero el premio final valió la pena. Los fantasmas aparecían y los íbamos eliminando, maldecían una loseta de pueblo y luchábamos por recuperarla. Los Budas iban y venían, venían e iban. Que un fantasma nos jorobaba el poder, pues se convertía en nuestro objetivo. Que un fantasma necesitaba tiradas de dados complicadas, desistíamos y a otra cosa mariposa. La verdad es que intentamos escoger muy bien que hacer en cada momento y minimizar el daño que recibíamos. Al final apareció la encarnación de Wu Feng y no fue de las más difíciles. Pudimos ganar la partida y disfrutar de un juegazo cooperativo de primer nivel.

DECISIONES
FICHAS TAO, FICHAS QI, TAOISTAS, DADOS TAO Y DADO DE MALDICIÓN.
Más tarde, reflexionando, pude darme cuenta que antes de jugar había leído decenas de blogs y reseñas sobre el juego. Había aprendido de la experiencia de los demás hermanos lúdicos, había absorbido cada consejo, cada advertencia y eso había suplido de alguna forma, las partidas que no habíamos realizado. La sabiduría había llegado a nosotros y la habíamos utilizado de forma positiva. No somos especiales, el juego no ha cambiado, es el mismo juego maldito y difícil pero llegamos al pueblo preparados, con la experiencia de todos los taoístas que antes que nosotros se enfrentaron a Wu Feng y es por eso que debo agradecer cada palabra, cada consejo y cada reseña hecha, al fin y al cabo, para guiarnos lúdicamente hacia la victoria.

1 comentario:

  1. Ese Nando...
    Siempre perdiendo la fuerza por la boca!!!

    Pues sólo queda felicitar a los ganadores!
    Pero los spoilers mejor apartarlos antes de jugar un juego! ;)

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