¡SIGUEN DE PIE!

¡SIGUEN DE PIE!

En el oscuro medievo,

camino junto a mis hermanos,

espalda con espalda,

hachas, espadas y arco en mano.

Los muertos acechan, se oyen por mil, 
vienen por hordas, ¡habrá que huir! 
Flechas que vuelan, espadas que cercenan.
espadas, machetes, !Quieren la cena! 

Muertos vivientes, tras de la puerta, 
muertos vivientes en el umbral, 
gordos podridos entre las sombras,
caminantes llegando sin parar. 

Usar los escudos, para vivir, 
no dejar rastro que seguir.
Solo un zombi ofrece dolor, 
ya llega... ¡la abominación! 

Toda una horda va atacar, 

preparad las espadas para cortar.
Allí al fondo, el maldito nigromante,

no deja de invocar a corredores y caminantes!

Atacan, muerden, desgarran, 
rasguñan, empujan..hieren…

No son normales…no son humanos,
cuida tu espalda y a tus hermanos. 

Tienen sentidos, pueden olernos, 
oyen ruidos, debemos protegernos, 
entramos en edificios, debemos vivir,
yendo todos juntos, ¡no podemos morir!

El calvo se alza ya sin paciencia,

ataja la horda, la deja desierta.

Brazos y piernas, cabezas partidas…

sangre ya seca, montones de heridas.

La del carlino se mueve a la par,

rompe sus filas, empieza a matar.

Ladea su hoja llena de sangre,

cercena cabezas durante un instante.

La innombrable se mueve en las sombras,

acecha como la muerte,

mira, observa y actua,

los zombis caen  ¡una locura!

El estratega se ha vuelto salvaje,
ataca a corredores, gordos y caminantes.
El nigromante no sabe que hacer,
lo vemos a lo lejos, no deja de correr.

El martillo sube y baja.
Aplasta, destroza, desmenuza, rompe huesos… como fruta
revienta pechos y esparce órganos..
está celebrando ¿el fin de año?

Todo acaba... las calles color sangre, 
los cadáveres por doquier
y allí, en el horizonte…
los hermanos…¡siguen de pie!

Dedicado al grupo de mujeres y hombres que sobrevivieron durante horas el acecho de los peores seres que poblaron cualquier tablero de juego.