Ante la última vapuleada de Berrán decidí poner las cosas en su sitio. La misma semana me dirigí a la tienda y adquirí el MUCHKIN APOKALIPSE con intenciones bastante oscuras. La idea era la de estrenar el juego y jugar sin contemplaciones, sin pensar que Berrán es anodino y sin utilizar el modo tutorial. Teníamos que considerarle nuestro mayor rival por una razón de azar y suerte que le acompañó la pasada jornada y que lo hacía invencible.
Sobre el juego comentaremos que nos pareció una de las versiones que van más directas al combate y al puteo. De hecho aparece una nueva norma los 7 sellos. La idea es que cada sello que se abre contiene una orden negativa que afecta a todos los jugadores. Además hay una nueva forma de ganar, cuando se ha abierto el séptimo sello se acaba la partida pero no gana el que tiene más nivel sino el que tiene más poder sumando su equipamiento. En ese combate final no se cuentan los puntos de nivel.
Durante la semana, el ricitos, había tenido un cólico nefrítico provocado por una sesión de Vudú que se nos fue de las manos. Sus fuerzas estaban mermadas y teníamos una oportunidad de oro para hundirlo en la miseria. Sin cruzar palabra Sergi y yo sabíamos cual era la sinfonía que debíamos tocar para que el amigote no levantara un pie del suelo. En mi cabeza ya sonaba "La mirada del tigre".
Desde el primer momento lo marcamos tirándole desastres y bajándole algún que otro nivel. Los nervios se apoderaron de Berrán que hizo su primera cagada lanzándome un desastre que me dejaba sin un objeto grande cuando aún no había bajado ni un objeto. En modo tutorial le hubiéramos dejado recuperar la carta, en el modo actual, ¡una mierda! Has perdido la carta pringao, fíjate más, ya no estamos en el modo tutorial. ¡Ahora vuelas sólo!
El susodicho entendió que aquella no sería su noche, habíamos quedado pero no para jugar sino para verle perder. Y así fue, ronda tras ronda sus niveles no subían, sus manos se vacías esperando tesoros que no llegaban, sus negociaciones eran fustradas una y otra vez, el pobre acometió ya sin fuerzas el final profético donde se impuso Sergi. Núria hizo sus pinillos pero su poca disponibilidad a negociar le pasó factura y yo me quedé con nueve niveles. Lo importante es que Berrán no supo de dónde venían los golpes y me recordó al combate de Rocky contra Clubber Lang.
Clubber Berrán muy gallito, sobretodo en el whatsApp, lo intenta pero Rocky (Sergi / Julito) le dan una pequeña lección...iba a decir de humildad pero creo que es todo lo contrario, una lección de soberbia de esas de ¡Eh! ¡Cuidadín!
Esto de tener un aprendiz mola porqué puedes permitirte un poco de intimidación que con Nando no nos hubiéramos atrevido ni a probar. De hecho aprovechamos ahora porqué al ritmo que va el ricitos pronto dejará de ser aprendiz.
Con Nando la cosa hubiera acabado así:
Sobran las palabras, Nando no es un tipo dialogante como Berrán por lo pronto esta podría ser una discusión del Muchkin o sin ir más lejos del Zombis. Antológicos son los enfrentamientos con Sergi que nunca llegaron a nada físico peo que dentro de la cabeza de Nando se resolvían así.
Estaréis pensando, ¿qué entrada más violenta? Tranquilos amiguetes nada más lejos de mi intención. Ahora hablaremos del CHUPACABRA. En el folclore legendario sudamericano hay un ser con apariencia de reptil-mamífero que mata rebaños de cabras (entre otras bestias) bebiéndose la sangre de los pobres animalitos. Sergi me sorprendió con un apunte que yo también recordaba con cariño: el episodio de Expediente X dedicado a éste ser. Ese es mi Chechi, un tipo con cultura y buen gusto. A partir de ahora igual le llamamos Mulder.
He intentado buscar alguna secuencia del episodio pero por razones de copyright, no ha sido posible. De todos los videos chungos que he encontrado sobre el tema, éste es el más digno y encima es un documental. ¡Más cultura para nosotros!
¿Por qué estoy hablando de éste bicho enclenque? La razón es el nuevo juego de Edge que hemos adquirido y que se llama CHPACABRA. Es un juego de dados en la línea del ZOMBI DICE, pero con dados fluorescentes. Si amigos se puede jugar en la oscuridad pero antes debes ¡cargarlos! El juego es muy sencillo y rápido. Todos tienen seis dados que deben lanzar a la vez. Se juntan los animales por grupos, gallinas, cabras y vacas y si te ha salido algún chupacabra puedes atacar a tus compañeros. Los chupacabra eliminan grupos enteros: 1 chupacabra puede comerse dos gallinas, 1 chupacabra puede comerse 1 cabra y se necesitan 2 chupacabra para eliminar una vaca. Los animales muertos pasan a formar parte de los dados de jugador asesino. El que se queda sin dados pierde. ¡Sólo puede quedar uno! Mola la caja de presentación con dos ojos que te miran ¡amenazantes!
Hoy hablaremos también del miedo y de la impotencia que básicamente es lo sentimos al jugar al DESIERTO PROHIBIDO. No voy ha hacer mala prensa del juego porqué me gusta de verdad. Tiene un pequeño problema y es que es difícil de ganar. Además me encanta la clasificación por edades que tiene, en principio se puede jugar a partir de 10 años, y es cierto, la mecánica es fácil y el juego no tiene secreto pero la estrategia, eso es otro cantar. Jugamos 4 adultos y me atrevo a decir que de inteligencia media-alta, y el juego nos dio una paliza de narices.
El juego ha cambiado algunos automatismos y reglas de su antecesor (La Isla Prohibida) pero se ha vuelto más mortífero. De entrada los jugadores llevan cantimploras llenas de agua que se agotan con cartas, si llegas a quedarte sin agua mueres. El nivel de tormenta sube y las dunas entierran las losetas haciéndola inaccesibles pero además las tormentas de arena mueven las losetas sin ningún control. Los tesoros son piezas de una nave que hemos de montar para huir y se encuentran en la intersección de las dos piezas de tesoro. Si se acaban las piezas de duna mueres enterrado y si el nivel de tormenta llega al máximo mueres también. Vamos que el juego se podría llamar El DESIERTO DE LA MUERTE.
Un pequeño consejo, si tienes hijos de 10 años y te gusta verlos sufrir y porque no, llorar, éste es el juego que debes regalarles. Se tiraran de los pelos y los veras postrados en el sofá con una fustración de cojones. O, en el mejor de los casos, se motivan y juegan y vuelven a jugar hasta que le dan una lección al desierto y triunfan. Sea como sea yo lo recomiendo, puede convivir en la estantería perfectamente con La Isla, de hecho acaban siendo dos juegos diferentes con mecánicas similares.
No tengáis miedo, os invito a probarlo es una experiencia brutal ( que se lo pregunten a Sergi). Chechi empezó en modo infantil y cuando quiso darle al juego la importancia que requería estaba tragando arena. No hacía más que mirar la caja y con cara de "no se donde estoy" decía: "¿Éste juego es para niños de 10 años? ¡Menuda panda de cabrones son estos de Devir!
Bueno amiguetes, ¡nos vemos en la próxima entrada!
He intentado buscar alguna secuencia del episodio pero por razones de copyright, no ha sido posible. De todos los videos chungos que he encontrado sobre el tema, éste es el más digno y encima es un documental. ¡Más cultura para nosotros!
¿Por qué estoy hablando de éste bicho enclenque? La razón es el nuevo juego de Edge que hemos adquirido y que se llama CHPACABRA. Es un juego de dados en la línea del ZOMBI DICE, pero con dados fluorescentes. Si amigos se puede jugar en la oscuridad pero antes debes ¡cargarlos! El juego es muy sencillo y rápido. Todos tienen seis dados que deben lanzar a la vez. Se juntan los animales por grupos, gallinas, cabras y vacas y si te ha salido algún chupacabra puedes atacar a tus compañeros. Los chupacabra eliminan grupos enteros: 1 chupacabra puede comerse dos gallinas, 1 chupacabra puede comerse 1 cabra y se necesitan 2 chupacabra para eliminar una vaca. Los animales muertos pasan a formar parte de los dados de jugador asesino. El que se queda sin dados pierde. ¡Sólo puede quedar uno! Mola la caja de presentación con dos ojos que te miran ¡amenazantes!
Hoy hablaremos también del miedo y de la impotencia que básicamente es lo sentimos al jugar al DESIERTO PROHIBIDO. No voy ha hacer mala prensa del juego porqué me gusta de verdad. Tiene un pequeño problema y es que es difícil de ganar. Además me encanta la clasificación por edades que tiene, en principio se puede jugar a partir de 10 años, y es cierto, la mecánica es fácil y el juego no tiene secreto pero la estrategia, eso es otro cantar. Jugamos 4 adultos y me atrevo a decir que de inteligencia media-alta, y el juego nos dio una paliza de narices.
El juego ha cambiado algunos automatismos y reglas de su antecesor (La Isla Prohibida) pero se ha vuelto más mortífero. De entrada los jugadores llevan cantimploras llenas de agua que se agotan con cartas, si llegas a quedarte sin agua mueres. El nivel de tormenta sube y las dunas entierran las losetas haciéndola inaccesibles pero además las tormentas de arena mueven las losetas sin ningún control. Los tesoros son piezas de una nave que hemos de montar para huir y se encuentran en la intersección de las dos piezas de tesoro. Si se acaban las piezas de duna mueres enterrado y si el nivel de tormenta llega al máximo mueres también. Vamos que el juego se podría llamar El DESIERTO DE LA MUERTE.
Un pequeño consejo, si tienes hijos de 10 años y te gusta verlos sufrir y porque no, llorar, éste es el juego que debes regalarles. Se tiraran de los pelos y los veras postrados en el sofá con una fustración de cojones. O, en el mejor de los casos, se motivan y juegan y vuelven a jugar hasta que le dan una lección al desierto y triunfan. Sea como sea yo lo recomiendo, puede convivir en la estantería perfectamente con La Isla, de hecho acaban siendo dos juegos diferentes con mecánicas similares.
No tengáis miedo, os invito a probarlo es una experiencia brutal ( que se lo pregunten a Sergi). Chechi empezó en modo infantil y cuando quiso darle al juego la importancia que requería estaba tragando arena. No hacía más que mirar la caja y con cara de "no se donde estoy" decía: "¿Éste juego es para niños de 10 años? ¡Menuda panda de cabrones son estos de Devir!
Bueno amiguetes, ¡nos vemos en la próxima entrada!