Los juegos de mesa no son para nada baratos. Entonces hay que cuidarlos lo mejor posible. De hecho en casa enfundamos todo lo que podemos, a veces hasta demasiado. Pero hay otros juegos que no son de cartas y que difícilmente puedes proteger. ¿De hecho, qué puede pasarles? La verdad es que no existen fundas para tableros ni para piezas de cartón. Llegar a ese extremo ya seria, creo, innecesario.
¿VEIS LA LATA AUN DE PIE? |
Vamos a entrar un poco más en la historia. ¿Qué podría amenazar nuestros juegos cuando están en mesa? ¿Qué un unicornio atravesara el tablero con su cuerno? ¿Qué un Banshee reventara tus dados con su violento grito? ¿Qué una sirena con su canto nos obligara a tirarlo por la ventana? ¿Qué un licántropo lo rasgara con sus garra? ¿Qué un vampiro lo manchara de sangre?
ESA ES SU POSICIÓN NATURAL, ¡LA VERTICALIDAD! |
No acabo de ver demasiado claras ninguna de las opciones de arriba. Puede que eso nunca llegue a pasar, entonces... ¿qué amenaza afrontamos? ¿Qué puede ser más peligroso qué un vampiro o un licántropo? La respuesta es sencilla, el ser más peligroso, malvado, egoísta, pedante, feo, negativo, terco, pendenciero, corrupto, farsante y sobretodo patoso, es un colega.
Si amiguetes, ese tipo simpático que llega a casa, se sienta a tu mesa y con todo desplegado te pide algo fresco para beber. Tú, confiado, le das una lata y hasta te vienes arriba y le endiñas un posavasos, no vaya a ser que te marque la mesa cutre del Ikea. Todo transcurre con normalidad, no es la primera vez que el individuo actúa de esa forma y crees que lo tiene todo controlado. Entonces, el dañino, el vengativo, el despreciable ser, se mueve de forma torpe con un aspaviento. Es un movimiento rápido y certero que en mitad de su ejecución, mal calculada, golpea la lata de bebida y esta, proyectada de forma desmedida, se vuelca eficazmente sobre la mesa y el líquido se dispersa sobre la piezas de cartón y parte del tablero. ¡Cartón mojado! ¿Sabéis a qué me refiero no?
¿QUÉ HA PASADO? |
Ante tal cagada, el amigo reacciona como si de un perezoso se tratara. Diligentemente se pone nervioso y no atina a parar el desatinado que el mismo, en su torpeza, ha creado. El provocador, porqué eso es provocar, no entiende la gravedad del asunto. Todos me miran esperando una reacción violenta. Sacar la Katana de debajo de la mesa y cercenarle la cabeza es una imagen que pasa por mi cabeza. Lo veo de rodillas suplicando perdón mientras se corta un dedo y me lo entrega en señal de respeto. Pero entonces veo en su mirada un atisbo de culpa, el Berseker de los juegos afronta con bondad y compasión la misión, quiere subsanar su error.
¡MALDITO DAVID! |
David el torpe se pone a limpiar de forma desesperada y yo me calmo. De hecho la ofensa, el accidente, la provocación ya está controlada. Me muestro firme pero flexible e intento hacer broma de la cuestión. Hay que normalizar la situación y seguir jugando y para ello intento no alterarme más de que ya estoy. Entonces doy paso a la meditación.
¡MALDITA LATA! |
¿Quién no tiene un amigo que a pesar de su torpeza sigue siendo un tipo entrañable y barbudo? Me refiero a David, ese amigo patoso e inoportuno que un día, un único día, jugando al Fresco, tiró una lata y la lió parda. Fue una situación embarazosa (y en el fondo graciosa para el resto) pero es lo que tiene formar parte de la pandilla, por tirar un lata, te ganas una entrada en el blog.
El líquido acabó con la bolsa de pintura para el mercado y tuvimos que estrenar ¡La Bolsa Chewbacca! La Bolsa peluda amenizo un final de partida trepidante. Le estoy metiendo paja al asunto porqué no recuerdo ni quien ganó. La lata de cerveza acaparó toda la atención y después de esa imagen nada más quedó para el recuerdo. Una noche para olvidar que todos me recordaran cuando saquemos el Fresco y David pida la lata de turno.
¡BOLSA CHEWBACCA! |