sábado, 9 de junio de 2018

MODO TUTORIAL: ¡DESACTIVADO!

Partida modo tutorial: son aquellas partidas en las que el dominio de las reglas es aún básico y se permite rehacer alguna de las acciones que se llevan acabo de forma errónea.  Son partidas en que todos los jugadores son comprensivos los unos con los otros y se intentan ayudar.

¡Y un mojón! Ni modo tutorial, ni tutorial, ni nada de nada. Somos competitivos  y hace ya un montón que nos conocemos y sin pensar jugamos más por instinto estratégico que no por hechos reales. Me explico, el último día estrenamos el GUILD OF LONDON, un euro muy entretenido con interacción de la buena para llegar, en algunos momentos, al puteo immisericorde.
No es más que un juego abstracto con el tema pegado que tiene una mecánica de mayorías interesante. Colocamos trabajadores de gremios en las calles del Londres del Medievo intentando que se labren un futuro como maestros. Si conseguimos llevar a cabo de forma exitosa nuestro objetivo, podremos optar a la alcaldía Londres.

El juego me gustó, es verdad que hay una mezcolanza de mecánicas no complejas, que intentan ofrecer un diseño donde cada partida sea diferente, pero todo cuadra de forma simple y bien hilvanada. La distribución de losetas crea esa aletoriedad donde dos partidas nunca serán iguales. La losetas siempre tienen dos recompensas y eso las hace llamativas para intentar asaltarlas. El orden de turno pasa a ser un aspecto estratégico brutal ya que jugar el último te puede dar cierta ventaja. Me encanta la idea de los peones neutrales (color negro) que sirven para poder echar peones de los demás jugadores.


La gestión de cartas me parece el elemento más destacable y es la piedra angular de Guilds of London. Cada carta puede funcionar de tres formas diferentes y esa versatilidad es la que oculta la profundidad del juego. Combar las cartas de forma correcta te va a dar ciertas ventajas que no debes desperdiciar. No debes quedarte sin cartas porque son el motor de cada uno de tus turnos, por eso es importante la acción de coger 4 cartas si no juegas ninguna en tu turno.



La dificultat aparece en la simbología de las cartas y las losetas. El contraste entre la simplicidad de las mecánicas y la complejidad de la simbologías llama la atención. Es un juego que podrás jugar con los peques pero que echa para atrás cuando ves símbolos tan poco intuitivos. Sí es verdad que cuando llevas 10 turnos la cosa se simplifica bastante, pero de entrada es abrumador no entender algunas cosas.

Bueno, no voy a desgranar ni a explicar como se juega, estamos aquí para hablar de las sensaciones y traiciones que se dieron durante la partida. En un lance del juego interpretamos mal una carta de Núria y esta solo robó una carta en vez de cuatro. Ese hecho condicionó la partida ya que ella argumentaba que como no le habíamos dejado recuperar las cartas, con el turno acabado, nadie podría dar marcha atrás en ninguna de sus acciones. Conclusión: ¡modo tutorial desactivado!

¡NÚRIA!
No tuvo bastante que esa dosis de victimismo que empezó a alucinar con la tonta idea que jugábamos en su contra. Con ese flojo argumento he de decir que tenía toda la razón del mundo. No es que juguemos contra ella, es que sabemos que tiene tantas posibilidades de ganar que hay que frenarla un poco. Sé que fallé en ese aspecto y el amigo Chechi desde las sombras instigó para poder llegar a cabo sus planes ocultos. David intentaba, de forma digna, seguir el ritmo y lo consiguió hasta el final de la partida donde un fallo táctico anuló una de us cartas de favor consistorial y perdió unos cuantos puntos.

Necesitamos una segunda partida, una que nos permita estar más pendiente del juego y menos de la hoja de referencia de cartas, una que nos permita vigilar más de cerca a Chechi, una que nos permita jugar sabiendo realmente que debemos hacer y cuando.

¡SOSPECHOSO!
Chechi es el alcalde y estamos dispuestos a echarlo de la alcaldía. Núria es la rencorosa y estamos dispuestos a que lo siga siendo y David... bueno David aporta la calma y la ilusión del que empieza pero... no me fío. El tipo es demasiado analítico, mira videos tutoriales, tiene ganas, ilusión...sospechoso, ¡muy sospechoso!. Tengo la sensación real de que nos está estudiando, busca nuestros puntos débiles, estudia nuestros movimientos y en el momento menos pensado caerá sobre nosotros sin piedad. ¡No me fío de los tipos que siempre sonríen!